En cierto modo es un poco triste, puesto que siempre el verano ha sido mi estación preferida, quizá por aquello de las vacaciones del "cole", los 5 ó 6 bañitos diarios, con la Bicicross BH para arriba y para abajo todo el día, en las "Olimpiadas de la Serreta" o en la "Vuelta a la Serreta", o incluso con las siempre maravillosas e inolvidables cenas con la familia a la luz de la luna... ¿Recuerdas, Secre? Eran noches mágicas, de risas, carnes a la brasa y que comenzaban incluso por la tarde con el partido de futbito de turno... Eso sí, un partido jugado con mucha seriedad. Y acababan con todos tumbados o sentados bajo un manto de estrellas, contando chistes y todo tipo de paridas sin parar, o escuchando los comentarios repletos de sabiduría del abuelo... Noches que no querías que terminasen nunca y que, cuando lo hacían, deseabas que volviese otra vez el día en que quedásemos todos de nuevo para juntarnos...
Creo que todos nosotros podemos considerarnos muy afortunados de haber tenido una infancia tan agradable. Desde aqui doy gracias a todos mis familiares que han hecho que mis veranos sean tan fantásticos, tanto a los que están aún conmigo como los que ya no están y que tanto echo de menos...
En fin, la vida sigue, y en esta tarde tan reflexiva y filosófica (estoy bajo los efectos del Paracetamol y los antibióticos), quiero mirar hacia delante y esperar con añoro las rotadas invernales, totalmente distintas a las que hemos tenido y que guardan un toque especial que rompe con la posible monotonía rotera. Así pues, espero que el Llibret sea bien escrito el sábado por todos nosotros y afrontemos esta nueva temporada con la ilusión y las ganas que hemos tenido hasta ahora. Este invierno nos depara rotadas alucinantes!!