Quién iba a pensar, la noche en que se brinda con copa de cristal mirando a la cara, y se engullen las uvas de nuestra comarca, que el 2007 iba a traer consigo la vuelta a las sendas del séquito rotero al completo.
Mi escepticismo reafirmante (como los geles de baño), se tornaba en ínfima esperanza, que incrustada en el fondo de mi, pretendía hacerse grande aún a expensas de volver a caer en la desilusión de comprobar que el esfuerzo podía no ser correspondido, una vez más…
Pero he aquí que aquella mañana fría de enero se tornó cálida de repente al ser informado de una ansiada situación: el Bere tiene burra nueva.
Y así fue como el dueto, consolidado tras un año personal de rodar escueto y paulatino por las laderas del gigante de la Montaña Alicantina, se convirtió en terceto.
Las anécdotas graciosas y las terapias sobre la vida, que mi primo y yo nos hacíamos colgados de un viaducto en mitad de la Vía Verde, allá por el 2005 y 2006, cuando nuestras cubiertas se entrecruzaban cuando podían; se convirtieron en nuevas aventuras.
Con la entrada del Bere se comenzó a ir más allá. A ampliar los horizontes roteros. El Rot-Móvil nos dio alas (más que el Red Bull), y los sábados se marcaron con fuego en el calendario como el día "oficialmente rotero".
La primera salida de enero se recordará como el desastre en grado sumo. Pero las rotadas pronto empezarán a coger nivel. Tanto, que había que hacer algo especial y reenganchar al resto de roteros. “El que fue rotero, siempre lo será” y “nadie dijo que el mountain bike fuera fácil” eran nuestras afirmaciones mentales en todas y cada una de las rotadas.
Del pseudo "boletín de información rotera" nació la clave del presente: el Blog…
Internet ha revolucionado el mundo entero, qué se puede decir de este canal de información y contacto, que no se haya dicho ya. Lo cierto es que a nosotros, metidos en la cotidianeidad y en vidas amigas pero paralelas, nos llevó al mismo sitio. Aunque ahora sea virtual. La Novelda del siglo XXI no es la del XX. El cuarto de casa es ahora, el lugar donde charlar con tu colega.
Sea como fuere, el objetivo estaba claro: conseguir que todos nos juntemos, por lo menos una vez. “Si lo prueban, repiten seguro”.
Lo difícil fue acceder al resto del grupo, pues todos sabemos que algunos más que otros, son duros de roer.
Mientras, la Penya se nutría de jóvenes promesas. Empezaron a salirnos rutones del 15. Empezamos a bajar trialeras infinitas. A subir escalones con los tobillos maltrechos. A avistar en nuestros montes, arruís, ciervos, águilas y zorros. A brindar con vino. A ver la vida… de otra manera.
El Dios de las Sendas quiso que un día de mayo el Presi y el Secre se fundieran en abrazos de oso en la celebración de una comunión. Juan Ortiz era la clave. Se le puso un cebo apetitoso y picó. Y con él, el resto.
El ansiado dos de junio de dos mil siete, será siempre recordado. Fue la culminación de un trabajo cansino que recogió finalmente, su merecido fruto. La Trobada Rotera no se puede resumir en cuatro palabras. De hecho, es la única rotada digna, que no cuenta con crónica.
La semana siguiente fue la apoteosis bloguera. Todos a registrarse. Las conversaciones entre roteros aumentaron de un modo espectacular, llegando a renovarse la imagen rotera del blog: la foto de la Safra tomada a finales del 96, se actualiza a versión '07.
Burricletas nuevas, marchas nuevas, paisanos nuevos, cacharritos del siglo XXI que pronto verán la luz en la Penya… y casi sin darnos cuenta, nos tropezamos con la visita 10.000, con menos de medio añito de vida.
Los próximos meses serán la clave. El Dios de las Sendas decidirá si seguimos con esto adelante o lo dejamos de nuevo tirado en mitad del sendero. La llegada a la cima está cerca, y con ella la vista del camino serpenteante que hemos ido subiendo de manera paulatina. Muchos solamente soñábamos con llegar aquí, y el sueño se convirtió en realidad.