UN BUEN BIKER DE OJOS AZULES.
De repente, sonoros ladridos rompieron aquella tarde de verano en La Serreta. Dos siluetas ciclistas avanzaban a buen paso por la tendida costereta que termina a pie de monte, en la huerta de mi familia. La primera silueta no era para mi conocida, así que al llegar a nuestra altura no supe quién era. Eso sí, recuerdo que aquellos intensos ojos azules me llamaron mucho la atención. No nos habló, pero en seguida entendí la situación al ver traspasar al Zambu el umbral de la puerta, compañero fiel e infatigable de aquel muchacho con bici más que decente, al que tuve la suerte de conocer justo aquella tarde de verano serretero.
El tiempo pasó, y nuestra amistad fue en aumento. Tal es así que nos llevábamos tan estupendamente. Por suerte, entre todos le dimos forma a esta Penya que hoy conocemos. Sería el año 93, creo recordar. Las salidas nocturnas de fin de semana se combinaban con la bici, y en ellas nuestro colega se anteponía a todos con un buen estilazo bajando, y un arte innato a la hora de subir cuestarrones y hablar a la vez. Se diría hoy en día que era un biker muy completo.
Azares del mundo y demasiada confianza en el prójimo, le supusieron un buen disgusto al comprobar cómo le birlaban aquella querida bici, de la escalera de su propia casa. Él perdió la herramienta con la que salir al monte, reír junto al personal, hacer deporte y demostrar sus habilidades. Nosotros su compañía, que ya entonces suponía mucho.
Fue pasando el tiempo, empezábamos a descubrir otros menesteres propios de la edad y la vida del momento, pero continuábamos realizando nuestras incursiones montañeras bastante asiduamente, con un grupeto muy consolidado. Quizá entre caña y caña en la hora feliz de los viernes en La Máquina, nos comentó que mañana podía quedar de nuevo con el resto, "me han dado como premio jugando al billar una bici de montaña, valorada en 5.000 pesetas". Jodo, se nos encendieron los ojos a todos. "¿Síiii? y de qué marca es?". "Pues, creo que una Record". Las risas precedieron a la explicación de cómo era el biciclo, y en menos que da una piedra ya andaba de nuevo entre nosotros dando pedaladas.
La verdad es que animaba el grupo. Era de esos que agusto en buena compañía, te alegraba la mañana con todo tipo de ocurrencias. Te lo daba todo sin pedir nada a cambio. Para el recuerdo quedará un buen saltaco de margen bajando la Cavarrasa, con aquella bici de hipermercado, y a mi personalmente, una de las mejores instantáneas que me hayan sacado jamás en bici, en la legendaria senda que une Rabosa con el Rincón Bello, y que por aquel entonces suponía todo un reto.
Qué bueno. Qué grande todo. Qué nueva perspectiva adquieren los recuerdos de esas mañanas ahora...
Una desastrosa tarde de finales de verano recibimos el golpe. Se dejó la vida en su trabajo. Como tantas veces, siempre se van pronto los buenos, cagüendiez!!!
Hace un tiempo, su fiel escudero que ya le acompañaba la tarde en que lo conocí, dando pedales en el fondo del grupo rotero me preguntó, al ir hablando sobre él: "¿tú crees que hoy saldría de nuevo con nosotros?". "Sin duda", le contesté.
"Yo también lo creo". Y nos sonreimos con una mirada cómplice.
El tiempo pasó, y nuestra amistad fue en aumento. Tal es así que nos llevábamos tan estupendamente. Por suerte, entre todos le dimos forma a esta Penya que hoy conocemos. Sería el año 93, creo recordar. Las salidas nocturnas de fin de semana se combinaban con la bici, y en ellas nuestro colega se anteponía a todos con un buen estilazo bajando, y un arte innato a la hora de subir cuestarrones y hablar a la vez. Se diría hoy en día que era un biker muy completo.
Azares del mundo y demasiada confianza en el prójimo, le supusieron un buen disgusto al comprobar cómo le birlaban aquella querida bici, de la escalera de su propia casa. Él perdió la herramienta con la que salir al monte, reír junto al personal, hacer deporte y demostrar sus habilidades. Nosotros su compañía, que ya entonces suponía mucho.
Fue pasando el tiempo, empezábamos a descubrir otros menesteres propios de la edad y la vida del momento, pero continuábamos realizando nuestras incursiones montañeras bastante asiduamente, con un grupeto muy consolidado. Quizá entre caña y caña en la hora feliz de los viernes en La Máquina, nos comentó que mañana podía quedar de nuevo con el resto, "me han dado como premio jugando al billar una bici de montaña, valorada en 5.000 pesetas". Jodo, se nos encendieron los ojos a todos. "¿Síiii? y de qué marca es?". "Pues, creo que una Record". Las risas precedieron a la explicación de cómo era el biciclo, y en menos que da una piedra ya andaba de nuevo entre nosotros dando pedaladas.
La verdad es que animaba el grupo. Era de esos que agusto en buena compañía, te alegraba la mañana con todo tipo de ocurrencias. Te lo daba todo sin pedir nada a cambio. Para el recuerdo quedará un buen saltaco de margen bajando la Cavarrasa, con aquella bici de hipermercado, y a mi personalmente, una de las mejores instantáneas que me hayan sacado jamás en bici, en la legendaria senda que une Rabosa con el Rincón Bello, y que por aquel entonces suponía todo un reto.
Qué bueno. Qué grande todo. Qué nueva perspectiva adquieren los recuerdos de esas mañanas ahora...
Una desastrosa tarde de finales de verano recibimos el golpe. Se dejó la vida en su trabajo. Como tantas veces, siempre se van pronto los buenos, cagüendiez!!!
Hace un tiempo, su fiel escudero que ya le acompañaba la tarde en que lo conocí, dando pedales en el fondo del grupo rotero me preguntó, al ir hablando sobre él: "¿tú crees que hoy saldría de nuevo con nosotros?". "Sin duda", le contesté.
"Yo también lo creo". Y nos sonreimos con una mirada cómplice.
Con todos mis respetos, a un buen amigo.
ResponderEliminarSin duda alguna!!!. Sobran las palabras....
ResponderEliminarNo tuve tiempo de conocerlo tan profundamente como vosotros, pero sí de disfrutar de algunas rotadas en su compañía, de las que he de decir, que recuerdo lo bien que se llevaba con la bici (aquellas fotos totalmente girado hacia nosotros mientras seguía dando pedales), y de reírme con él. Habría sido un gran rotero, ya lo creo.
ResponderEliminarUn buen homenaje, primo.
Joder Visent me has puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarMe ha encantado leer tus palabras.
Joder, que entrada mas bonita Vicente... allá donde este vuestro amigo, sin duda, que ahora mismo tiene dibujada una sonrisa ne la cara.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, se le hecha mucho de menos.
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
sñif, sñif, sñif. :( Qué grande!!!
ResponderEliminarHOLA A TODOS!!! SOY MAGDALENA........ JOLIN...... GRACIASSS MUCHAS GRACIASSS!!! vaya lagrimones que tengo encima... así es de cierta esa crónica, le encantaba la bici (tengo fotos vuestras en bici) y se la robaron en la escalera de su casa… menudo disgusto cogió… , pero la edad, las obligaciones económicas, laborales y… porque no? Las sentimentales, no le permitieron hacer después todo lo que le hubiese gustado hacer. Le encantaba salir en bici, pero sabéis… también le encantaba la “paseata” de estar con los amigos, de escuchar las cositas de uno, las de otro, de decir sus tonterías… Yo estoy también segurísima que SI saldría en bici con todos vosotros, no me cabe la menor duda, lo tengo muy muy clarito, pero… también creo q está presente en muchas de vuestras salidas, sobre todo en el corazón de algunos de vosotros.
ResponderEliminarTodavía conservo con mucho recuerdo y anhelo (hay fotos), aquel último partido de futbol junto a parte de todos vosotros, si … en la serreta... con una solanera impresionante, todos con vuestro trofeos.... esos momentos le encantaban!!!
Se dejo tantas cosas en el tintero!!! Pero así es la vida… los buenos se van, nos dejan, y se van siempre pronto… eso sí… siempre nos dejan muchas cosas positivas, que recordar, y que cuando las recordamos siempre nos sale una sonrisa y un brillo inevitable en los ojos.
Si algo podemos recordar todos de él es que fue una persona EXCELENTE , BUENO, MARAVILLOSO, en fin… UN ÁNGEL!!!! Podría decir muchísimos calificativos de él… pero se haría eterno leer esto; lo voy a concluir diciendo tanto para los que lo conocimos mucho como para lo que lo conocieron poco, que FUE UNA PERSONA MUY FÁCIL DE QUERER Y MUY DIFÍCIL DE OLVIDAR.
HA DEJADO EN MUCHOS UN VACIO ENORME. Pero ver, leer q con el paso de estos 6 años de ausencia todavía lo recordáis con tanto cariño… es para mi… muy muy grande. Gracias al Cronista y gracias por los comentarios posteriores.
Por darle un toque de humor… haremos que su niña sea una “Rotera” aunque… creo que será en una avituallamiento… jajaja… Poquet a Poquet…
Un saludo y un abrazo enorme a todos!!! y lo dicho... Gracias!!!
Muy emocionante todo lo que has dicho Ma!!!
ResponderEliminarVosotras sabéis que estamos todos aquí.
Un besazo guapas.
Por cierto, ESAS FOTOS TENEMOS QUE VERLAS!!!! ;)
ResponderEliminarAcabo de entrar y me acabo de encontrar con ésta entrada y la verdad que me ha hecho mucha ilusión que se le recordara aqui,en el blog.Estes donde estes te llevaremos siempre en nuestros corazones y te recordaremos como aquel buen amigo que cualquier persona hubiera querido soñar tener.Desde aqui te mando un gran abrazo de oso,Amigo.
ResponderEliminarHola amigos!
ResponderEliminarGracias
A pesar de estar tan lejos, y no tanto por la distancia, sino por los avatares diarios de esta vida moderna, acabo de darme de bruces con la tremenda realidad. Os echo de menos con la intensa satisfaccción de teneros tan presentes en los pensamientos diarios. El tiempo intangible no ha pasado para las cosas que de verdad importan y con las cicatrices de la vida seguimos siendo los mismos ilusionarios de aquellos tiempos, aunque cada uno a su manera.
Os quiero...
...te sigo echando de menos
Bere, se te echa en falta, joío.
ResponderEliminarA ver si te prodigas un poco más por estos lares, que nos tienes abandonaos.
Grande, brodel.
ResponderEliminarEs bonito comprobar lo que ha conseguido este blog.
ResponderEliminarQueridos roteros!!!! Yo también me acuerdo mucho de esa época, cuando salía con mi Orbea Sherpa, un auténtico hierro, pero con la que hicimos grandes rutas... Han pasado casi 25 años y aún me acuerdo de la Alcoy-Gandia, las subidas al Cid, Chorret de Cati y Rincon Bello, la Zafra, la Sierra del Caballi, etc.Todavía revivo en mi mente esas subidas y bajadas... Y me acuerdo mucho De Vicente, Jose, el Bere, Gotxo, Juanako... Y Zambu.... En fin, la vida te lleva hacia otros derroteros, pero nunca olvidaré esa época de fundación de la Penya El Rot, de la que me nombraron su Presidente en funciones, no sé si porque era el mayor de todos o quizá por el elevado nivel de decibelios que alcanzaban mis "rots".... Amigos, no os olvido... Abrazos a todos!!!
ResponderEliminarSin duda grandes tiempos, lo bueno es que no parece que haya pasado el tiempo pues aunque no nos veamos, cuando lo hacemos es como si nos viésemos todos los sábados.
EliminarTampoco te olvidamos Presi.
Felices fiestas amigo.