POR LA BASE SUR Y ESTE DEL GEGANT DE PEDRA, METRO A METRO
La primera sensación al bajar de la furgo llena de ganado rotero, fue un poco malrollizante: soplaba un poniente generoso, que hacía recordar el fuego de Mordor que se estaba viviendo apenas unos valles más al Sur. Damos buena cuenta de nuestra llegada al posadero donde pernoctaremos, si todo va bien, a la entrada del pueblo de Villahermosa del Río, que hace justo honor a su nombre.
Pasamos al otro lado del pueblo, asentado sobre una colina apretada, como sus callejuelas bien aderezadas para soportar el frío invernal y la canícula veraniega, montados ya en biciclomontañés siendo las 11,30 h. y tras una jamplancia de casi 4 horas de furgo.
Ahora por fin salimos dando pedales y lo hacemos además, bajando. Puro espejismo vaya. 200 mts y primera parada del día. Todo muy rotero. Subida hormigoneada que nos hace recordar las palabras de Tino, que actuó junto a los primos de las tierras altas como "liebre" la semana pasada: "el principio es [Modo Javier Luqui ON] lo máaaaas duro [Modo Javier Luqui OFF]".
Superamos un repecho y la cosa suaviza, nos olvidamos de Villahermosa y entramos en materia, un boscazo interminable ocupa prácticamente todo el Macizo del Penyagolosa, osado picacho pétreo al que pretendemos dar la vuelta entera, en una ruta original pasada por un genio en esto de las ruedas gordas, Pacolo.
El viento ponentino sigue, aunque el camino se ve mejorado por la ausencia de hormigón, tiene su ancho justo para no resultar pestoso, su desnivel prieto para no ahogar del todo, y un marco, jodo qué marco! incomparable. Alcanzamos el magnífico entorno del Mas de Borràs, verdadera "ciudad de vacaciones", cruzamos el barranquillo de idéntico nombre y seguimos ascendiendo, poc a poc, por uno de esos caminos que cuando cambias de ladera y miras, ves el desnivel ganado y te sube la libido endulerda a pasos agigantados.
Cambiamos de tercio por un senderillo que pica hacia arriba, técnico, que obliga a desmontar al paisanaje rotero en ocasiones, y que de repente, nos regala la primera visión del gigantón castellonense. A sus pies, Penyagolosa!
De repente, el poniente mengua, resuella la marinada y aparece un manto blanco en el cielo, producto de los dos fuegos. La inmensidad hacia levante solamente se ve limitada por la mala visibilidad que hay hoy, pero las miles de hectáreas de bosque que se ven desde aquí, son una verdadera maravilla para la vista.
Salimos de nuevo a un camino, aparecen los primeros pinos laricios, signo inquívoco de altura, y a los 1300 mts por la zona del Rebollo, cambiamos nuevamente de tercio, para introducirnos por un nuevo sendero en subida, con tramos de bosque, tramos aéreos, sendero liso, roca afilada y pasos de fé, que configuran un tramo exigente. Sin saberlo, acabamos de entrar en una infinita y delgada línea que atraviesa toda la parte Sur y Este del pico por senda. El elevado kilometraje del sendero y la magnitud y belleza del entorno, hacen de esta primera parte, todo un rutón de mucha calidad.
Por territorio de maquis y con algún empujón de manillar que otro, llegamos a la Fuente de las Mozas. La fuente en sí la vimos, con un escaso caño por cierto, pero las mozas debieron salir huyendo ladera arriba al vernos siquiera cruzar la ladera. Qué poco aprecio al sex appeal rotero y qué fuerte me parece, oye!
En fin, paradita larga, tras hora y media de recorrido, fotos, risas, tentempié y p'abajo y luego p'arriba bajo la sombra de dos imponentes águilas. Es la una y media cuando empezamos un tramo de porteo, de unos 20 minutos, que no hace sino flanquear unos cortados, por uno de esos tramos de senderos bien hechos hace ni se sabe cuánto, por gente que vivía por y para la montaña.
De esta manera ganamos la altura final, y enlazamos con un tramo disfrutón en subida ligera, hasta llegar al Cantal del Miquelet, collado que separa el Penyagolosa del Golosilla, en una zona muy estética con pinar de alto porte, tan característico de las alturas mediterráneas. Estamos a unos 1500 mts de altura.
Decidimos comer, sobre las 14,30 h. Alguno hizo sus "pinitos", sin periódico que leer, eso sí. La soledad es exagerada, pues no hemos visto un alma desde el Mas de Borràs. Tanta, que abruma.
Nos proteccionamos y disfrutamos de la primera bajada del día. Justa para ponernos a tono sin perder demasiado desnivel tampoco. Lo justo de rápida y técnica, como para pillarle el punto al terreno, sin perder de vista la colosal visión de las paredes meridionales del Penyagolosa, que surcamos justo por su base, en un entorno salvaje.
Tras cerrar una cerca de ganado, y hacer las pertinentes paraetas foteancieras, cruzamos el tramo final por les Coves del Sastre y nos paramos al rajar el flanco de la rueda trasera en un "flas!" que oyeron hasta en las Columbretes. Nada que Pepe y las mechas no solucionen, mientras el levante se hace fuerte. Estamos en el otro extremo de la ruta, en el Coll del Plà de la Creu, a unos 1250 mts de altura en zona de masías abandonadas, praderíos, barrancadas y asilamiento general. En este punto abandonamos, horas después de iniciarlo, el sendero fino que nos ha introducido hasta las mismas entrañas de la montaña. Un sendero que hacerlo en total soledad, debe resultar un viaje iniciático parecido a fumarse un canuto en lo alto del Karakórum. O casi.
Desde aquí se intuía una subida potente, aunque finalmente no fue tal, y se convirtió en un puerto con desnivel muy sostenido, incluso disfrutón, jatetú. Entre dos márgenes de roca giramos rumbo, para meternos de lleno en el submundo húmedo y de altura del pico. Por els Ventisquers de Fraga, empezamos a surcar por pista el bosque de pino silvestre, las paticas empiezan a pesar, y entre tramos de ladera con desnivel alcanzamos tras unos kms la Banyadera, nuevamente a más de 1500 mts de altura, desde donde alcanzamos a ver a tiro de piedra la pirámide del pico, a 1814 metracos sobre el azul del mar.
No vamos nada mal, lentos, pero sin pausa. Aunque algunos más que otros, y es entonces cuando servidor, a arrastrones desde ya hace unos minutos, alcanzo de nuevo el grupo y me encuentro al Psico rotero, bastón en mano y brazos en alto, soltando un humillante discurso de los de "arrrepentíos o morid!!!", que da paso a la parte contratante de la segunda parte de esta crónica, que tuvo su momento de recuperación mental, gracias a la atmósfera mágica de la Pegunta.
Pasamos al otro lado del pueblo, asentado sobre una colina apretada, como sus callejuelas bien aderezadas para soportar el frío invernal y la canícula veraniega, montados ya en biciclomontañés siendo las 11,30 h. y tras una jamplancia de casi 4 horas de furgo.
Ahora por fin salimos dando pedales y lo hacemos además, bajando. Puro espejismo vaya. 200 mts y primera parada del día. Todo muy rotero. Subida hormigoneada que nos hace recordar las palabras de Tino, que actuó junto a los primos de las tierras altas como "liebre" la semana pasada: "el principio es [Modo Javier Luqui ON] lo máaaaas duro [Modo Javier Luqui OFF]".
Superamos un repecho y la cosa suaviza, nos olvidamos de Villahermosa y entramos en materia, un boscazo interminable ocupa prácticamente todo el Macizo del Penyagolosa, osado picacho pétreo al que pretendemos dar la vuelta entera, en una ruta original pasada por un genio en esto de las ruedas gordas, Pacolo.
El viento ponentino sigue, aunque el camino se ve mejorado por la ausencia de hormigón, tiene su ancho justo para no resultar pestoso, su desnivel prieto para no ahogar del todo, y un marco, jodo qué marco! incomparable. Alcanzamos el magnífico entorno del Mas de Borràs, verdadera "ciudad de vacaciones", cruzamos el barranquillo de idéntico nombre y seguimos ascendiendo, poc a poc, por uno de esos caminos que cuando cambias de ladera y miras, ves el desnivel ganado y te sube la libido endulerda a pasos agigantados.
Cambiamos de tercio por un senderillo que pica hacia arriba, técnico, que obliga a desmontar al paisanaje rotero en ocasiones, y que de repente, nos regala la primera visión del gigantón castellonense. A sus pies, Penyagolosa!
De repente, el poniente mengua, resuella la marinada y aparece un manto blanco en el cielo, producto de los dos fuegos. La inmensidad hacia levante solamente se ve limitada por la mala visibilidad que hay hoy, pero las miles de hectáreas de bosque que se ven desde aquí, son una verdadera maravilla para la vista.
Salimos de nuevo a un camino, aparecen los primeros pinos laricios, signo inquívoco de altura, y a los 1300 mts por la zona del Rebollo, cambiamos nuevamente de tercio, para introducirnos por un nuevo sendero en subida, con tramos de bosque, tramos aéreos, sendero liso, roca afilada y pasos de fé, que configuran un tramo exigente. Sin saberlo, acabamos de entrar en una infinita y delgada línea que atraviesa toda la parte Sur y Este del pico por senda. El elevado kilometraje del sendero y la magnitud y belleza del entorno, hacen de esta primera parte, todo un rutón de mucha calidad.
Por territorio de maquis y con algún empujón de manillar que otro, llegamos a la Fuente de las Mozas. La fuente en sí la vimos, con un escaso caño por cierto, pero las mozas debieron salir huyendo ladera arriba al vernos siquiera cruzar la ladera. Qué poco aprecio al sex appeal rotero y qué fuerte me parece, oye!
En fin, paradita larga, tras hora y media de recorrido, fotos, risas, tentempié y p'abajo y luego p'arriba bajo la sombra de dos imponentes águilas. Es la una y media cuando empezamos un tramo de porteo, de unos 20 minutos, que no hace sino flanquear unos cortados, por uno de esos tramos de senderos bien hechos hace ni se sabe cuánto, por gente que vivía por y para la montaña.
De esta manera ganamos la altura final, y enlazamos con un tramo disfrutón en subida ligera, hasta llegar al Cantal del Miquelet, collado que separa el Penyagolosa del Golosilla, en una zona muy estética con pinar de alto porte, tan característico de las alturas mediterráneas. Estamos a unos 1500 mts de altura.
Decidimos comer, sobre las 14,30 h. Alguno hizo sus "pinitos", sin periódico que leer, eso sí. La soledad es exagerada, pues no hemos visto un alma desde el Mas de Borràs. Tanta, que abruma.
Nos proteccionamos y disfrutamos de la primera bajada del día. Justa para ponernos a tono sin perder demasiado desnivel tampoco. Lo justo de rápida y técnica, como para pillarle el punto al terreno, sin perder de vista la colosal visión de las paredes meridionales del Penyagolosa, que surcamos justo por su base, en un entorno salvaje.
Tras cerrar una cerca de ganado, y hacer las pertinentes paraetas foteancieras, cruzamos el tramo final por les Coves del Sastre y nos paramos al rajar el flanco de la rueda trasera en un "flas!" que oyeron hasta en las Columbretes. Nada que Pepe y las mechas no solucionen, mientras el levante se hace fuerte. Estamos en el otro extremo de la ruta, en el Coll del Plà de la Creu, a unos 1250 mts de altura en zona de masías abandonadas, praderíos, barrancadas y asilamiento general. En este punto abandonamos, horas después de iniciarlo, el sendero fino que nos ha introducido hasta las mismas entrañas de la montaña. Un sendero que hacerlo en total soledad, debe resultar un viaje iniciático parecido a fumarse un canuto en lo alto del Karakórum. O casi.
Desde aquí se intuía una subida potente, aunque finalmente no fue tal, y se convirtió en un puerto con desnivel muy sostenido, incluso disfrutón, jatetú. Entre dos márgenes de roca giramos rumbo, para meternos de lleno en el submundo húmedo y de altura del pico. Por els Ventisquers de Fraga, empezamos a surcar por pista el bosque de pino silvestre, las paticas empiezan a pesar, y entre tramos de ladera con desnivel alcanzamos tras unos kms la Banyadera, nuevamente a más de 1500 mts de altura, desde donde alcanzamos a ver a tiro de piedra la pirámide del pico, a 1814 metracos sobre el azul del mar.
No vamos nada mal, lentos, pero sin pausa. Aunque algunos más que otros, y es entonces cuando servidor, a arrastrones desde ya hace unos minutos, alcanzo de nuevo el grupo y me encuentro al Psico rotero, bastón en mano y brazos en alto, soltando un humillante discurso de los de "arrrepentíos o morid!!!", que da paso a la parte contratante de la segunda parte de esta crónica, que tuvo su momento de recuperación mental, gracias a la atmósfera mágica de la Pegunta.
Espectacular segunda parte, como viene siendo costumbre, cosí.
ResponderEliminarPerlas como estas hacen único este humilde blog.
Grasies!
Pues cuestan de leer, pero quedan ahí guardadas. Seguro que dentro de unos años tienen más valor que ahora. ;)
ResponderEliminarA nadie le apetece hacer algo ASÍ, ASÍ o ASÍ? Es un clásico rotero!
ResponderEliminarPor cierto, bon dia a tothom!
Bon dia!
ResponderEliminarComo ilegal o para este sábado?
Personalmente pronto cambiaré el empadronamiento, así que no me queda otra que acoplarme a lo que haya si puedo.
La maxxi luce más con el sol de la tarde, pienso yo.
ResponderEliminarYO tengo muchas pero que muchas ganas de ilegales tipo maxxi, ventós, maigmó, etc...
Las ilegales son para el verano, nenetes.
No puedo opinar, ya que no sé si entro en el bombo.
ResponderEliminarA todo esto, señores, yo necesitaría saber si hay posibilidad de viajancia rotera este año.
Montar el sarao es cosa de todos, pero si hay que negociar tracks, alojandas y esas cosas, pues como que vamos mal de tiempo.
Yo con que haya un tío que garantice que va, pongo mi coche y cerramos fechas.
Se comentó del 20 al 24, a ver qué dice el personal, aunque visto lo visto.
LO VEO, PRIMOL.
ResponderEliminarMmmmmmmhhhh....
ResponderEliminarTifamos la mecha?
ResponderEliminarA tifarle pero ya.
ResponderEliminarYo hace días que no concilio el sueño dándole vueltas al tarro con estas cosas:
http://javitobike.blogspot.com.es/2012/07/basa-de-la-mora.html
http://www.clubbttalgairen.com/2012/07/vuelta-al-macizo-del-posets-reto.html
Es más, llevo días tirando de mapas, de GE en precario, y podría decir, medio alucinado, que he conseguido crear de 0 la primera épica rotera pirenaica, sin referencias biciclísticas con lo que ello supone, y en pleno Valle de Arán.
Lo de la Vall Fosca eso no será como un pedals de Foc o así? un poco raliman?
Mi "Mmmmmmhhhh...." era por el lugar. Yo veo las fotos y tengo bastante. Los recorridos, como no me entero con los mapamens, pos me dan lo mismo, siempre y cuando hayan paisajotes.
ResponderEliminarHe de reconocer muy mucho que lo de Basa de la Mora me acaba de poner tontísimo. Y el otro tb.
Pongamos en marcha la máquina rotera!
Jodo qué burrote me estoy poniendo con las fotos!!
ResponderEliminarYo no se aun lo que hare con el tema.
ResponderEliminarEn cuanto al relato, muy bueno tambien!!!. El tramo final de subida hasta el Cantal de Miquelet, me parecio una pasada!!!.