LO QUE MI VISTA ALCANZA A VER, LO QUE MI CORAZÓN ALCANZA A SENTIR.
Me gustan los perfiles decididos. La voluptuosidad del paisaje, el territorio arrugado. El ir y venir de las aves, el verde de los pinos y más aún el ceniciento color de las carrascas. Desde muy pequeño, mi vista disfruta contemplando naturaleza donde otros solo alcanzan a ver un horizonte cobrizo.
No concibo mi vida, sin el discurrir redondo de un par de ruedas gordas por los caminos y senderos. Incluso en banales tareas domésticas como pueda ser el subir a la azotea a tender la ropa mojada, mi vista se fija en la lontananza. Desde mi terraza, mientras cuelgo esa pinza, ansío perderme un rato por lo que mis ojos observan: la continuidad de l’Alforna, las cumbres de la Penya la Mina y el Reclot, el tono grisáceo del Duaime, la rocosa silueta de la Mola, el espolón del Montagut, las canteras blancas de Bateig, el coloso Cid, el verde Maigmó, el solitario Ventós o el lejano Cabeçó d’Or.
Y me digo, que somos afortunados por poseer este valioso tesoro que son las montañas. Mi vida va ligada a la montaña, por eso digo, que somos montañeros que calzamos bicis.
Pero de la misma forma en que me gusta aprender de las rocas ajenas a mi vista habitual, también me gusta enseñar al visitante las mías. Los avatares de la vida me han hecho conquistar amistades sinceras en muchos pueblos que no son el mío, y cuando éstas me han visitado, me gusta trasmitirles mi sentimiento por mi terruño, quién sabe si con la eterna esperanza de que lo comprendan como yo lo hago, o lo lleguen a querer y estimar como suyo propio.
Últimamente me pasa que estoy redescubriendo mis montes de nuevo. O quizá sea un nuevo montañero que se acerca al relieve pronunciado con otra perspectiva. No lo sé, tampoco me paro a pensarlo demasiado. Quizá he estado ausente de ellos demasiado tiempo, y despiertan a mi paso, a cada círculo que dibujan mis pedales, para saludarme de nuevo, y decirme que “qué bueno que viniste otra vez a vernos”.
En viajes extraordinarios mi corazón ha pasado de sentir en sus palpitaciones aceleradas poderosos picos nevados, a la calma tensa de los montes que circundan el viejo Vinalopó, en solo cuestión de horas. El súbito cambio provoca en ocasiones molestias injustas en mis vecinos montes al verse comparados con las graníticas cumbres pirenaicas, por ejemplo. Pero he aquí, que la injuria dura solo el tiempo de acercarme de nuevo a ellos, y comprobar por mi mismo que sus barrancos y torrenteras siguen hieráticos al devenir de los tiempos. Que el pinar se ha bebido el agua que el cielo desplomó, y que la inmensidad aromática que despiden sus tomillos solo acontece aquí, y en ningún otro lugar del mundo más.
Hace tiempo que mis peregrinaciones a lomos de una mtb ya no son en solitario. Pero cualquier instante, cualquier lugar, son buenos para inmiscuirme en el terruño y oír su voz, aunque en ese preciso instante 32 ruedas gordas procedentes de 16 montañeros en bici, inicien un desvirgador descenso senda abajo, en busca de sensaciones extrañas para aquél que cuando sube a su azotea a tender, solo alcanza a ver un horizonte cobrizo, donde yo leo montañas.
Y me digo, que somos afortunados por poseer este valioso tesoro que son las montañas. Mi vida va ligada a la montaña, por eso digo, que somos montañeros que calzamos bicis.
Pero de la misma forma en que me gusta aprender de las rocas ajenas a mi vista habitual, también me gusta enseñar al visitante las mías. Los avatares de la vida me han hecho conquistar amistades sinceras en muchos pueblos que no son el mío, y cuando éstas me han visitado, me gusta trasmitirles mi sentimiento por mi terruño, quién sabe si con la eterna esperanza de que lo comprendan como yo lo hago, o lo lleguen a querer y estimar como suyo propio.
Últimamente me pasa que estoy redescubriendo mis montes de nuevo. O quizá sea un nuevo montañero que se acerca al relieve pronunciado con otra perspectiva. No lo sé, tampoco me paro a pensarlo demasiado. Quizá he estado ausente de ellos demasiado tiempo, y despiertan a mi paso, a cada círculo que dibujan mis pedales, para saludarme de nuevo, y decirme que “qué bueno que viniste otra vez a vernos”.
En viajes extraordinarios mi corazón ha pasado de sentir en sus palpitaciones aceleradas poderosos picos nevados, a la calma tensa de los montes que circundan el viejo Vinalopó, en solo cuestión de horas. El súbito cambio provoca en ocasiones molestias injustas en mis vecinos montes al verse comparados con las graníticas cumbres pirenaicas, por ejemplo. Pero he aquí, que la injuria dura solo el tiempo de acercarme de nuevo a ellos, y comprobar por mi mismo que sus barrancos y torrenteras siguen hieráticos al devenir de los tiempos. Que el pinar se ha bebido el agua que el cielo desplomó, y que la inmensidad aromática que despiden sus tomillos solo acontece aquí, y en ningún otro lugar del mundo más.
Hace tiempo que mis peregrinaciones a lomos de una mtb ya no son en solitario. Pero cualquier instante, cualquier lugar, son buenos para inmiscuirme en el terruño y oír su voz, aunque en ese preciso instante 32 ruedas gordas procedentes de 16 montañeros en bici, inicien un desvirgador descenso senda abajo, en busca de sensaciones extrañas para aquél que cuando sube a su azotea a tender, solo alcanza a ver un horizonte cobrizo, donde yo leo montañas.
Joder, secre..... Qué voy a decir.... Sabes llegar con palabras muy profundo. Disfruto como un enano leyendo tus divagaciones pq me siento identificado con ellas. Sigamos pues, "redescubriendo" nuestros montes...
ResponderEliminarPor cierto, secre, tengo algo muuuuy interesante que comentar contigo y que sé te va a gustar. A partir de las 18:00 si puedes, chámame, afale?
ResponderEliminarJoder, secre..... Qué voy a decir.... Que coño te has fumao secre!!!!!????.
ResponderEliminarSin que te siente mal, ein!!!!
"¿Qué coño te has fumao secre?" Juan, eso que acabas de decir es como estar en un momento muy intimo con la parienta, a punto de rozar el cielo de su pelo y tirarse un cuesco del copón bendito. Has roto el momento macho!!!!
ResponderEliminarY a ti no te digo nà, brother. siento tus palabras como mías. Gracias por mantener vivo nuestro espíritu.
RIBA RIBA !!!!
Bere, yo no lo he puesto para meterme con el. Pero simplemente lo pongo porque ya tienes que estar muy inspirado para escribir todo lo que ha escrito el. Ni mas, ni menos.
ResponderEliminarQue me guste lo que ha puesto...?, pues si me gusta, pero ya tienes que estar inspirado para escribirlo.
Ahora bien, que vosotros querais sacar las cosas de contexto....
Juan, no es por nada pero me recuerdas a Luis Aragonés. No cambies nunca :D :D :D :D ;)
ResponderEliminarA veces la inspiración, que uno cree que no la lleva dentro, fluye con solo mirar a través de la ventana.
ResponderEliminarCréeme Juan, todos la llevamos dentro.
A todos: Moltes gràcies!
Sin vuestros comentarios, las "Divagaciones en mitad de una senda" no tendrían absolutamente ningún sentido.
Además, sale del tirón.
ResponderEliminarAunque cualquier día, no es para divagar, solo se divaga cuando algo dentro se pone en marcha. Sin más...
Como me molais...., pero sin mariconadas.
ResponderEliminarQuizá hoy es la tarde ideal para comenzar a escribir el autobiográfico: "Las divagaciones de un rotero", con el ordenador portátil encima de las piernas, el burn a un lado y al otro la ventana mientras observas cómo el chisporroteo de la lluvia te invita a viajar...
ResponderEliminarje je je cómo lo sabes tron, estoy apurando ya mi vaso... juas juas juas
ResponderEliminar:D
ResponderEliminarY seguro que el cigarrico tambien lo tendra el tio al lado, juas, juas, juas....
ResponderEliminarTen cuidado con el burn Secre!!!!.
Juan, mira a ver si te la meneas más a menudo.
ResponderEliminarSecre, que significa "menear"?????, eso es bueno o malo, tu lo haces muy a menudo o poco....
ResponderEliminarjijijijijii....
Jose, a que leches vas hoy a Monovar?. No me has contestado antes y no se si es que estas ocultando algo.....
ResponderEliminarJuan, eres capaz de darle la vuelta a una entrada totalmente.
ResponderEliminarTus aportaciones son sensacionales. No digo que las mías lo sean, digo que las tuyas lo son.
Te quedaste en la ironía de un niño de 11 años, yo que tú me lo miraría, puede ser grave.
ResponderEliminarYa estamos!!!, ya estamos con que la abuela fuma.... Uy!!! que he dicho, si el que fuma de vez en cuando es el Secre, juas, juas, juas.....
ResponderEliminarJoer Secre, no me digas esas cosas, ni de la forma en que me las dices porque como soy como un niño de 11 años..., pues voy a llorar como me lo digas asi, mmmmmuuuuuuaaaaaaa!!!, ves, ya estoy llorando.
Si es tan grave como dices, tendre que ir buscando algun medico o algo para que me vea.
Acabo de ver el montaje sobre la Marcha de Los Calares, en el apartado rutas. Gràcies pepako&Josh
ResponderEliminarTela marinera lo que mueve el GPS. No sé por dónde pillar el tema Josele.
Creo que me he quedado enquilosado en el tema artesanal de las rutas, ya me entendéis...
Lo veo muy chungo.
Por cierto, según los organizadores había un desnivel positivo de unos 1700 mts, y los resultados del GPS arrojan unos increíbles 2400 ó 2500, no recuerdo ahora. Es cierto?
ResponderEliminarSecre, no domino el tema ni muchísimo menos, pero creo que los 2560.32 m. que indica de desnivel acumulado son la suma del desnivel positivo (subida), y el negativo (bajada). A mi me salen 1615 m. de desnivel positivo. De todas formas, estos temas me inquietan cada vez más, así que hay que seguir investigando...
ResponderEliminarCierto.
ResponderEliminarBona nit tron.
Bona nit, cosí.
ResponderEliminarTengo maquinada una sesión de sendas por Catí para el sábado que viene. Este no roto, y bien que me fastidia... qué pensáis hacer?
ResponderEliminarBuenos dias!!!, ya puedo entrar en el Blog por fin. A que me tirabais de menos?, je, je, je....
ResponderEliminarNo se que es lo que tienen pensado. El otro dia Jose comento que estaba maquinando algo con el Bere, pero no se como esta el tema. Comentais algo pareja para este fin de semana?.