El invierno fue más húmedo que frío, y aquel 6 de enero de 2008, estrenamos un año que marcará para siempre un pasado lleno de aquello que más nos gusta: bicis y amigos.
Aquel día, acompañados inmejorablemente por Woko, Ruben Kona, Juancrash y Remi, ascendimos por primera vez els Plans, dominando en un giro completo de 360º, casi la práctica totalidad de la provincia, para luego volver a la capital de la Muntanya, a través de un barrizal en forma de sendas orgásmicas por l’Ull del Moro.
El final fue como se merecen las mejores historias: a base de una potente comida en la Venta Saltera.
Y es que en aquel invierno se cocían malos augurios para el mtb valenciano, así que decidimos plantarle cara a quien quiso ponerle puertas al campo, y una marea biker se manifestó por el centro de Valencia reivindicando el uso de las sendas. Los roteros estuvimos allí, como no podía ser de otra manera, viviendo un día histórico escrito a golpe de pedal.
Enero se zanjó con una visita alcoyana a las Rabosendas, que destacó de forma negativa, por una aparatosa caída de Fran, y a la Penya la Safra, brindando en mitad de su bajada con mistela, para empezar con buen pie el año.

Febrero se presentó potente en cuanto a volumen de rotadas, haciendo una truncada incursión junto a Cabanes y el Kalifa por la umbría del Puig Campana y el Coll del Llamp, tocando retirada cuando la cosa se ponía interesante por causa justificada, quedando pendiente resolver la excursión de nuevo. La cosa acabó en Novelda entre un colosal solomillo y revuelto de setas, eso sí. El mes trajo consigo nuestro primer ascenso a la Silla del Cid, sorprendiéndonos con una senda tremendamente bonita por su umbría, que ha quedado ya dentro del grupo entre las favoritas, y con la entrada de lleno en la Penya de un rotero, el más joven, que ha imprimido carácter y aire fresco al grupeto: Oscurín, que por aquél entonces y mientras salió ileso entre los canchales y las carrascas de la Silla, todavía se llamaba Óscar.
Y salimos tras la foto oficial con la nueva indumentaria rotera en la prensa local, de modo anecdótico, como referente de camaradería y deporte, en este mundo materialista y torpe, que vuelve la espalda a la naturaleza sin saber lo que se pierde.

Marzo trajo consigo la última visita de JJ, inmerso en los quehaceres diarios, y volvimos a rotar por Rincón Bello, tras largos años de ausencia rotera por aquellos pagos, en una rotada tremendamente divertida, por el ambiente en sí, y por el almuerzo del quince que nos metimos entre pecho y espalda. La losa de su trialera y la senda de después, nos la engullimos cual chupito de herbero rabosero. También tuvimos espectacular sesión de sendas por Alcoi y una KDD calambrera en la Dolça, con su trialera brutal.
La serra del Cavall, tras unos años de absentismo, también fue rotada.
Empezamos también ese mes con las ilegales entre semana. La Mola, el Kalifa y el recién descubierto 552 de Bateig, nos quitaban el mono de bici en las tardes cada vez más largas de los martes y miércoles.
Con la compañía de Jag visitamos el Zubi y los Totxak, descubierto a los ojos roteros una tarde memorable de 2007.
A mediados de marzo se preparó una buena rotada por la ladera norte de Aitana, a través de las fuentes de l’Arbre, Forata y Partagat, con una compañía muy especial: la de Mondrakón. Aguerrido biker aragonés que caló hondo entre la tropa rotera. El final espectacular en el Bar Guadalest, como recompensa final a un duro día.
El mes ventoso se cerró con una desgracia, felizmente superada con paciencia y pundonor por parte de nuestro Rotógrafo, que cayó cerca del Xorret de Catí en un aciago día.

En un espectacular mes de abril dimos un salto hasta Biar, que resultó decisivo para el ambiente rot. Su verde, su sierra perpetua y sus piedras, nos recordaron viejos tiempos de adolescencia por aquellas tierras y nos prendaron con su exigencia. El 55 de Biar, todo un clásico en la agenda rotera. Más Rabosendas con la compañía de Borja, Joandu y Ramonet, no faltaron en esta primavera vinalopina.
El 19 de abril, nos reunimos unos cuantos roteros & friends en torno a un nutrido grupo de Yetis, bajando desde el Guixop a través del Badallet y el Muerto, con accidente del Secre pero final del bueno: ante un buen chunchullo noveldero no muy bien aceptado por quienes nos visitaron, Sas y Martin, todo hay que decirlo.
Abril trajo además, la despedida de un pilar básico para la Penya. Nuestro Bere dio un rumbo a su vida junto a su mujer e hija, en busca de vientos sureños más favorables, abriendo un hueco en la Penya que jamás será ocupado por nadie.
Sin embargo, la gente no dejó de echarse al monte a la mínima oportunidad, así que mayo empezó a manifestar el asilvestramiento masivo al que se ha visto sometido el grupo este año, siguiendo con la tendencia del año anterior.

El primero de mayo nos acompañaron varios Calambres del Levante en una rotada local repleta de yolos, divertida e intensa a partes iguales. Seguida a los dos días por una visita a tierras de la Marina Alta, que resultó espectacular por su cercanía al mar y el volumen de sendas, grabando para siempre en nuestra memoria la última trialera que desde el Cap de Sant Antoni, nos dejó en el puerto de Xàbia. Los Xabia’s Bikers, capitaneados por nuestro querido Martin, nos deleitaron con una sabrosa rotada y una fabulosa paella, que se vio truncada por una fatal noticia que diagnosticaba un serio percance en otro pilar rotero: Pepako. Su saber estar y su fortaleza física y anímica, le permitieron llevar con mucho más que dignidad una importante lesión en su hombro izquierdo debido a una caída en plena serranía alcoyana, siendo evacuado con el 112 mientras el resto brindábamos en la Playa del Arenal, rubricando una rotada que fue la despedida oficiosa a nuestro Berenguelo del alma.
El 17 de mayo empezamos a desgastar cubiertas por un hito que ha constituido casi un antes y un después en la Penya el Rot: la trialera del Morro Gros. Impresionante descubrimiento en forma de losas sostenidas, escalones calizos y magnífico paisaje a espaldas de las Rabosendas.
Los viernes acompañados por Josué, seguíamos echando la tarde por las trialeras más cercanas a Novelda. Y nuestro querido Juanako, nos anunció que el 2009 traerá consigo una despedida de soltero 100% rotera.

Y entramos en junio culminando de nuevo la Silla del Cid, participando en la Pedalà d’el Pinós, poco rotera este año, y acercándonos de nuevo, de manera inevitable al Morro Gros, completamente absorbidos por su mundo de roca. Efecto que también provocó en nosotros el descubrimiento a la semana siguiente de la Arruisenda, anclada en la ladera norte de los Rasos de Catí, no sin pasar antes por otro clásico: Mosén Francés.
Entramos en el verano desde Biar, para refrescarnos con su verde panorama.

En julio bajamos el pistón, no sabemos si por el calor o por el efecto que provocó en nosotros el Serrallazo brutal que nos espolsamos un 12 de julio de 2008. Aquella fue una épica en toda regla, acompañados por Ruben Kona y un buen puñado de alcoyanos, atravesamos la serranía alicantina más brava, ascendiendo la Mallà del Llop y bajando por donde nadie lo había hecho antes a lomos de una mtb, por el Barranc de la Canal. Quien estuvo allí, lo recordará toda su vida, por haber llevado al límite la paciencia y el saber estar de los ciclistas de montaña que osamos desafiar Serrella aquel día.
El oscurecimiento de la Penya, latente cada semana, trajo consigo una de las sorpresas del año: el MagrePark. A golpe de martillo, Oscurín, Pepe, Alberto y José, se han currado un campillo brutal, convertido a día de hoy, en auténtica escuela rotera.
Las ilegales abundaron menos que en 2007, pero el grupo no perdió el contacto pese a las vacaciones de verano, sobresaliendo entre todas ellas, la Maxiavalanche rotera desde las antenas del Cid en una maravillosa tarde veraniega, a través de otra trialera que había pasado casi inadvertida para nosotros hasta ese día. Destacando el Gotxo, que casi no se perdió ni una tarde rotera.

El 2 de agosto conocimos a otro entrañable colega de foromtb: Arturbo, que llegó del Norte para mostrarnos su carácter afable y su estilazo por las Rabosendas, con un final paellil en el Molí la Reixa, convertido en lugar de parada y fonda fijo en nuestro argot culinario.
El Pantanet, la Mola y la Serreta, mantuvieron despiertas de la siesta nuestras tardes de agosto, mes que se nos fue de una manera descomunal en una encerrona en toda regla a través de la dorsal caliza de cuyo nombre no quiero acordarme. Roteros al límite, una vez más…

A primerías de septiembre nos devolvieron la visita los Xabia’s Bikers, a quienes obsequiamos con unas geniales Rabosendas su magnífica rotada por Xàbia, allá por mayo. El final, cómo no, paellil en el Molí la Reixa entre un gran ambiente después de disfrutar de míticos bucles como los Nazarenos, los Clavos de Cristo, la Foradà y la Arruisenda, nuestra pequeña joya escondida, mostrada en ocasiones muy especiales como ésta.
Hacía tiempo que no caía un CHLC, así que nos encaramamos a su cima para desplomarnos después por el Zubi+Totxak, quizá, las trialeras más repetidas este año. De ahí, que a fecha de hoy ya no se nos resista ningún paso.
Lo más importante fue la vuelta de Pepe a los ruedos, adelantándose a las previsiones, tal y como sabíamos nosotros, más que los médicos. La mítica BH del Zambu dijo hasta aquí, dejando paso a la burra más bestia del grupo.

Septiembre fue un tanto raro, y un poco al ralentí en cuanto a rotadas se refiere, volviendo con fuerza en octubre, mes de la Madre de todas las Marchas, y un fijo en el calendario rot: Los Calares del Río Mundo, que nos pareció jauja acostumbrados a las últimas pateancias serranas, y que disfrutamos como nunca silvestres perdidos en cuanto la cosa se empinaba hacia abajo. Aún recuerdo los gritos de todos en cada trialera… y qué decir de la estancia en Salobre, nuestro segundo pueblo ya… 100% rotero!!
La oscuridad y las nuevas adquisiciones burriclitiles han ido llegando al seno rotero a la par que el volumen de agua caído del cielo en estos meses, que truncaron a medias algunos sábados por las Hermosas, pero no impidió una buena rotada desde Biar hasta el nacimiento de nuestro pedazo de río Vinalopó, en plena serra Mariola.
Las incursiones en el MagrePark fueron en aumento, así como su popularidad entre la gente descender de la comarca, que ayudaron a Óscar en las tareas manuales de un reducto que respira bici y adrenalina por los cuatro costados.

Un nostálgico noviembre nos trajo consigo otro amigo forero, Pacolo, que nos acostumbró con su presencia en largas mañanas descubriendo nuevos horizontes, sendas y bajadas por el Maigmó profundo, y en unas Rabosendas pasadas por agua cobijados en el bar de Rabosa junto a un herberet. Día que recordaremos todos también, por volver a rotar junto a nuestro Bere, que fue de nuevo recibido como el más grande entre los grandes. Buen mes repleto de buenos momentos en el que no faltó un Zubi+Totxak y un voltio por Alcoi que nunca defrauda, y en el que conocimos las famosas Putisendas de la mano de Cabanes, y con Carmen Sevilla y su bombo girando a cada escalón rocoso. Por suerte nadie salió premiado.

Diciembre, último mes del año, empezó con el Bere entre las filas roteras. Como si no hubiese pasado el tiempo, capitaneó una rotada local deleitándonos con su pase trialero en cada Z de la variante de la Cantera, otra joya de este 2008. Disfrutamos del paso técnico del 552 de Bateig, vencido como tantos otros este año, de nuevo junto a Borja y los hermanos Alted. El final apoteósico en el Magre, con el despegue de nuestras ruedas cada día más desafiantes.
La semana siguiente repetimos un Morro Gros brutal. A saco, sin miramientos, aderezado con una Senda del Muerto que ya casi sabe a poco a estas alturas.
El 20 de diciembre brindamos con mistela arriba del Zubi, con nuestro amigo Woko, a quien hemos echado de menos estos últimos meses, mostrándole el maleficio de la senda del Zubi y bajando después por los Totxak.

Y despedimos el año la semana pasada, en la Mola, nuestra trialera má cercana, en otro bucle corto, intenso, repleto de yolos y en grandísima compañía, que perfectamente resumen 365 días de risas inacabables, paisajes inabarcables en una sola mirada, sensaciones intensas sobre una bici de ruedas gordas, y el calor y las palabras cercanas y sinceras de quienes compartimos semanalmente, más que una amistad… otro año más de nuestras vidas.

Que el 2009, sea al menos, igual que éste. Y le pedimos al destino que por favor, nos vuelva a reunir a TODOS los roteros en una nueva Trobada, al menos un día...