A JUAN ORTIZ. In Memoriam
Sonará a tópico. A palabras parcas. Obsoletas. Concupiscentes quizá. Pero su silueta rotera despertaba pasión, y su personalidad emoción. Todo grupo tiene un líder.
El nuestro también. Cuando uno atraviesa la difícil edad de los 18 a los 20, está sumido en su propia imaginación. Juan Ortiz nos devolvía a la realidad, pero a la vez, compartía su sentimiento adolescente con nosotros.
A Juan lo conocimos todos en seguida. Una rotada bastó para que nuestro yo interior se fijase en él. No sé. Desprendía bondad, coña marinera y amistad a raudales.
La Penya el Rot nació de él. Sus enérgicos rots la bautizaron, y su constante camaradería nos unió a todos. Y eso, que el resto salíamos juntos de bolinga los fines de semana, nos veíamos todos los puñeteros días en el Instituto, y sufríamos en silencio penosas subidas al Cid desde tiempo ha. Pero su figura nos hizo a todos un poco más amigos.
Su perfil enjuto en desniveles positivos pronunciados, a lomos de su incansable Orbea Sherpa, demostraba coraje y constancia. Cuando la senda se inclinaba hacia abajo, sus rots pedían paso y sacaba a relucir su impronta motera alcoyana, criada en las curvas de La Carrasqueta. Envidiable conducción rotera. Incansable pedal. Juan Ortiz recorrió con nosotros una época dorada de nuestras vidas.
Atravesamos ahora el momento de la vida que le tocó vivir a Juan con nosotros. Y como se puede apreciar, compartimos la misma ilusión que sus ojos vislumbraban.
En aquel momento, se jugaba la eternidad a una carta. Y resultó ser escalera de color. Su vida cambió. Y con ella, el devenir de la Penya.
De un golpe desapareció la magia de la TransXiritxola. La ilusión por volver a la Xau. La sección brungalós amaneció un día triste. Desierta. Los colegas roteros ya no se reunieron más. ¿Devenir de la vida?. ¿Hastío ciclista?. ¿Resacas infinitas?. Quién sabe. Lo cierto es que el eco de un rot al girar La Serreta no se escuchó más.
Pero no para siempre. La semilla rotera se regó lo suficiente en nuestras macetas interiores, y la amistad y el compañerismo siguen estando intactos. De ahí estas palabras emocionadas que ahora lees.
Ahora sale, -sales, Juan-, de nuevo a la luz rotera.
Lo que tus incondicionales te pedimos es que guíes otra vez, la huella de nuestras cubiertas. Por el mismo motivo por el que querías que llegase el sábado. Por el mismo motivo por el que lees esto.
La Penya el Rot nunca necesitará un nuevo Presidente. PORQUE YA LO TIENE.
Tus roteros.
El nuestro también. Cuando uno atraviesa la difícil edad de los 18 a los 20, está sumido en su propia imaginación. Juan Ortiz nos devolvía a la realidad, pero a la vez, compartía su sentimiento adolescente con nosotros.
A Juan lo conocimos todos en seguida. Una rotada bastó para que nuestro yo interior se fijase en él. No sé. Desprendía bondad, coña marinera y amistad a raudales.
La Penya el Rot nació de él. Sus enérgicos rots la bautizaron, y su constante camaradería nos unió a todos. Y eso, que el resto salíamos juntos de bolinga los fines de semana, nos veíamos todos los puñeteros días en el Instituto, y sufríamos en silencio penosas subidas al Cid desde tiempo ha. Pero su figura nos hizo a todos un poco más amigos.
Su perfil enjuto en desniveles positivos pronunciados, a lomos de su incansable Orbea Sherpa, demostraba coraje y constancia. Cuando la senda se inclinaba hacia abajo, sus rots pedían paso y sacaba a relucir su impronta motera alcoyana, criada en las curvas de La Carrasqueta. Envidiable conducción rotera. Incansable pedal. Juan Ortiz recorrió con nosotros una época dorada de nuestras vidas.
Atravesamos ahora el momento de la vida que le tocó vivir a Juan con nosotros. Y como se puede apreciar, compartimos la misma ilusión que sus ojos vislumbraban.
En aquel momento, se jugaba la eternidad a una carta. Y resultó ser escalera de color. Su vida cambió. Y con ella, el devenir de la Penya.
De un golpe desapareció la magia de la TransXiritxola. La ilusión por volver a la Xau. La sección brungalós amaneció un día triste. Desierta. Los colegas roteros ya no se reunieron más. ¿Devenir de la vida?. ¿Hastío ciclista?. ¿Resacas infinitas?. Quién sabe. Lo cierto es que el eco de un rot al girar La Serreta no se escuchó más.
Pero no para siempre. La semilla rotera se regó lo suficiente en nuestras macetas interiores, y la amistad y el compañerismo siguen estando intactos. De ahí estas palabras emocionadas que ahora lees.
Ahora sale, -sales, Juan-, de nuevo a la luz rotera.
Lo que tus incondicionales te pedimos es que guíes otra vez, la huella de nuestras cubiertas. Por el mismo motivo por el que querías que llegase el sábado. Por el mismo motivo por el que lees esto.
La Penya el Rot nunca necesitará un nuevo Presidente. PORQUE YA LO TIENE.
Tus roteros.
...Mira. Como sigas alterando mi estado de ánimo de esa manera, voy a acabar o cerrando el blog o en el hospital, jejeje.
ResponderEliminarQué va, es coña, sigue así nen, que la batalla psicológica es nuestra mejor baza para la unión rotera.
Me llena de orgullo y satisfacción saber que esto marcha. Partir de un sentir común y una idea voraz está haciendo que este árbol resucite de entre sus cenizas, la penya el rot no es un recuerdo!!
ResponderEliminar! HOLA PRESI!!
QUERIDOS ROTEROS: De nuevo me atrevo a escribiros después de leer emocionado el relato que de mí habéis publicado. Efectivamente, mi vida cambió cuando aprobé en diciembre de 1.997 mi dura oposición, que gracias a la PENYA EL ROT, se hizo mucho más llevadera con la ilusión de que llegara el sábado para difundir nuestros rots por la geografía alicantina. Ese grupo humano formado por Vicente, Jose, Bere, Juanaco, etc. y yo mismo, que quizá al ser algo mayor que vosotros, casi hacía de vuestro padre rotero espiritual, fue una de las etapas que mejores recuerdos tengo de mi vida. En fin, me tuve que ir a Córdoba, luego Almansa (donde sigo), vivo en Alicante, me casé, tengo 2 hijos, a los que inculcaré la filosofía rotera ( en mi casa se habla frecuentemente el idioma rotense, con el consiguiente alucine de los vecinos), en 2.003 me compré un quad (BOMBARDIER DS 650 BAJA), con el que, con el respeto debido a la naturaleza, he recorrido las rutas que antes haciamos en bicicleta (con alguna incursión en la espectacular Serrania de Cuenca), y os aseguro que en este 2.007 haré lo posible para que se pueda reunificar, al menos un día, todos los miembros originarios de la Penya El Rot, así como los nuevos, si es que hay, para hacer alguna ruta y que se vuelvan a oir nuestros rots por esos montes, con le maillot que yo todavía conservo.
ResponderEliminarLA PENYA EL ROT surge de sus cenizas.
JUAN ORTIZ (PRESIDENTE)
Amén.
ResponderEliminarJuanito, no sabes cómo me alegra saber de ti. Lo poco que sabía era por mi primo Carlos, e incluso el otro día vino uno de Almansa aquí al Ayto. y me dijo que te conocía y tal.
Pues sí, organizaremos una rotadilla erótico-festiva con final en bareto, para rendir honores a la Penya, y en Navidades, un buen cenorro.
No pierdas el contacto con la actualidad rotera a través de este blog, que como ves, engancha!
Abrazos.
Vicentito.
El Secre