RETURN TO INNOCENCE
Corrían los años 90. Una década de olimpiadas, cambios, formas de pensar, hormonas en plena ebullición... Pero, sobre todo, de inocencia. La inocencia de unos chavales de 14-15 años que empezaba a transformarse en pensar en chicas y a rebelarse contra el sistema, intentando expresar una opinión propia, distinta y que fuera escuchada, y ganas de cambiar el mundo. La "música protesta" (como decían nuestros padres), era la banda sonora que noche y día acompañaba nuestra forma de crecer y los pósters de las revistas de bicis empapelaban nuestros cuartos, junto con los carteles de las barracas alternativas de fiestas locales.
Y horas y horas se iban estando uno tirado en la cama con el subrayador amarillo echando humo en la sección del "mercado de ocasión" del Bike o el Sólo Bici, mientras sonaba el "Azken guda dantza" de los Kortatu, buscando una nueva ganga que añadir a la bici para aligerar peso o para hacerse esa soñada burra como la que tenían el californiano Tinker Juárez, Ned Overend o el extravagante John Tomac. Sí, en esa época, las bicis cataban bastante la báscula del baño de casa tras ligerísimos cambios (incluso sacarles los tapones de las válvulas era más que necesario), en pro de un peso digno de un rider como el que la montaba. El MTB comenzaba su imparable ascensión como deporte de moda en USA desde su nacimiento allá por los años 60-70, (iniciado en San Francisco por un movimiento que consistía en cambiar las piezas de las bicis y adaptarlas para hacer el cabra por el monte, capitaneados por Gary Fisher o Tom Ritchey), y lo exportaba, llegando a lo más profundo del corazón de estos chavales que, como chavales que eran, no disponían de poder adquisitivo alguno para hacer frente a semejante lujo que suponía este caro, exclusivo y elitista deporte. Y aún me atrevo a ir más lejos: para comprar/montar las nuevas piezas en sus corceles, debían de desplazarse montados en ellas hasta Elda, donde estaba la tienda en la que se vendían los lujosos gadgets, teniendo que, en ocasiones, volverse al pueblo por la Xirixola, en pleno invierno, de noche y con un frío de mil demonios.
La solución? La uva o el mármol. Las opciones que se barajaban eran, mayormente, estas dos, y ninguna de ellas era fácil. O poniendo sacos enmedio de la viña de sol a sol desde las 8 de la mañana y hasta las 2 del mediodía, mientras decidías si poner saco del uno ó del dos al "xangló" que tenías enfrente, o en la fábrica de mármol masillando, limpiando casquillo o dejándote los cuernos en aquel disco puente manual donde el capataz (caliqueño en boca y siniestra sonrisa), iba a destajo y bien poco le importaba que no tuvieras ni 10 min. para descansar después de colocar todas las losas de 5 tablas de lumaquela rosa. El problema? Sencillo: era en verano, durante las vacaciones del colegio, cuando se podía trabajar para poder sacar algunos dinerillos, pero también era en verano cuando llegaban las fiestas del pueblo y gran parte de esos fondos se iban en los conciertos y fiestas con los amigos. Por tanto, en conclusión: complicado esto del "tuneo" de la bici.
Pero los sábados se repetían una y otra vez con gran alegría, disfrutando todos los colegas en el monte, desde que salíamos desde los "Brungalós" y hasta que llegábamos, capitaneados por el presi, figura paternal de ese atajo de descerebraos. Luego una siesta, se levantaba uno nuevo y a ponerse a punto para quedar de nuevo, esta vez en el T'has Perdut y la Máquina del Sur, garitos de éxito en la época y lugar de reunión donde se comentaban las mejores jugadas del partido matutino, justo antes de comenzar el torneo de futbolín.
Eso sí, de cuando en cuando, alguna que otra carrera local hacía que nos concentrásemos al máximo para tratar de quedar en buen lugar. Barranc de Casetes, circuito de la Romana, Agost, Biar, Orito e incluso la marcha de regularidad de Elda o la de ciclo-orientación de Novelda, hacían las delicias de estos chavalotes. Carreras a las que, en la mayoría de las ocasiones, había que desplazarse en bici, y, obviamente, tras la competición, volverse con ella para casa. Y todo con la mayor de las sonrisas, además de con el bocata, la manzana y la camiseta que te daban.
Así marchaban nuestras vidas, empapándonos cada vez más y más de un deporte en auge, envuelto en colores chillones y protecciones del xixinabo que, viéndolas hoy, nos producen, como mínimo, una carcajada. Eso sí, el personal hacía gala inintencionada de unos soberanos ostiones que duelen sólo de verlos.
Y horas y horas se iban estando uno tirado en la cama con el subrayador amarillo echando humo en la sección del "mercado de ocasión" del Bike o el Sólo Bici, mientras sonaba el "Azken guda dantza" de los Kortatu, buscando una nueva ganga que añadir a la bici para aligerar peso o para hacerse esa soñada burra como la que tenían el californiano Tinker Juárez, Ned Overend o el extravagante John Tomac. Sí, en esa época, las bicis cataban bastante la báscula del baño de casa tras ligerísimos cambios (incluso sacarles los tapones de las válvulas era más que necesario), en pro de un peso digno de un rider como el que la montaba. El MTB comenzaba su imparable ascensión como deporte de moda en USA desde su nacimiento allá por los años 60-70, (iniciado en San Francisco por un movimiento que consistía en cambiar las piezas de las bicis y adaptarlas para hacer el cabra por el monte, capitaneados por Gary Fisher o Tom Ritchey), y lo exportaba, llegando a lo más profundo del corazón de estos chavales que, como chavales que eran, no disponían de poder adquisitivo alguno para hacer frente a semejante lujo que suponía este caro, exclusivo y elitista deporte. Y aún me atrevo a ir más lejos: para comprar/montar las nuevas piezas en sus corceles, debían de desplazarse montados en ellas hasta Elda, donde estaba la tienda en la que se vendían los lujosos gadgets, teniendo que, en ocasiones, volverse al pueblo por la Xirixola, en pleno invierno, de noche y con un frío de mil demonios.
Artículo Sólo Bici (fiebre del peso) - año 1993.
La solución? La uva o el mármol. Las opciones que se barajaban eran, mayormente, estas dos, y ninguna de ellas era fácil. O poniendo sacos enmedio de la viña de sol a sol desde las 8 de la mañana y hasta las 2 del mediodía, mientras decidías si poner saco del uno ó del dos al "xangló" que tenías enfrente, o en la fábrica de mármol masillando, limpiando casquillo o dejándote los cuernos en aquel disco puente manual donde el capataz (caliqueño en boca y siniestra sonrisa), iba a destajo y bien poco le importaba que no tuvieras ni 10 min. para descansar después de colocar todas las losas de 5 tablas de lumaquela rosa. El problema? Sencillo: era en verano, durante las vacaciones del colegio, cuando se podía trabajar para poder sacar algunos dinerillos, pero también era en verano cuando llegaban las fiestas del pueblo y gran parte de esos fondos se iban en los conciertos y fiestas con los amigos. Por tanto, en conclusión: complicado esto del "tuneo" de la bici.
Pero los sábados se repetían una y otra vez con gran alegría, disfrutando todos los colegas en el monte, desde que salíamos desde los "Brungalós" y hasta que llegábamos, capitaneados por el presi, figura paternal de ese atajo de descerebraos. Luego una siesta, se levantaba uno nuevo y a ponerse a punto para quedar de nuevo, esta vez en el T'has Perdut y la Máquina del Sur, garitos de éxito en la época y lugar de reunión donde se comentaban las mejores jugadas del partido matutino, justo antes de comenzar el torneo de futbolín.
Eso sí, de cuando en cuando, alguna que otra carrera local hacía que nos concentrásemos al máximo para tratar de quedar en buen lugar. Barranc de Casetes, circuito de la Romana, Agost, Biar, Orito e incluso la marcha de regularidad de Elda o la de ciclo-orientación de Novelda, hacían las delicias de estos chavalotes. Carreras a las que, en la mayoría de las ocasiones, había que desplazarse en bici, y, obviamente, tras la competición, volverse con ella para casa. Y todo con la mayor de las sonrisas, además de con el bocata, la manzana y la camiseta que te daban.
Así marchaban nuestras vidas, empapándonos cada vez más y más de un deporte en auge, envuelto en colores chillones y protecciones del xixinabo que, viéndolas hoy, nos producen, como mínimo, una carcajada. Eso sí, el personal hacía gala inintencionada de unos soberanos ostiones que duelen sólo de verlos.
Y la vida seguía su curso, hasta llegar a nuestros días, en el que compartimos la misma afición con más seguridad aunque el mismo poco conocimiento, lo cual nos garantiza la ansiada diversión y buen rollo que antaño o más. Por tanto, aquí queda, querido lector, este análisis o vuelta a los viejos tiempos, que han marcado la vida de quienes habitan este blog, que han crecido, como menos, felices, junto al deporte de las dos ruedas.
Amén Josele... Os imagino perfectamente hace 20 años. Buena entrada!
ResponderEliminarGrande Josele GRANDE, los pelamens como escarpias al recordar aquellos fantásticos 90's, No se si locos o visionarios, pero fuese lo que fuese el negocio funcionó y a día de hoy menuda industria tienen montada con esto del mountanbaik.
ResponderEliminarPor cierto sabemos donde conseguir el filme ese de Klunkerz ??
Pepe se lo descargó y tuvo a bien regalarme una copia que hace meses que la busco!!
EliminarPepZ, la tienes en algún disco duro? es por llevármelo al mío... y al del Sr Alcalde.
Te lo busco...
EliminarSi pincháis AQUÍ lo tenéis online.
EliminarUffff Josele, cómo me gustan y me tocan la fibra estos relatos.
ResponderEliminarLo has reflejado mejor imposible. Hemos tenido suerte, de vivir aquellos tiempazos, y de seguir toda la banda junta, qué digo toda la banda... AMPLIADA!!!
Momentazos y grandes recuerdos. Estos remember son auténticos!!
A ver si me pongo las pilas y escaneo más de una foto que hay por ahí. ;)
Por cierto, ¿¿¿¿de dónde has encontrado la mítica pegata de los Popatik????
Jijijijijijijiiiiiiiiii......
EliminarQue inicios los de aquella epoca!!!!.
ResponderEliminarBuffff, tendré que hacer yo un remember de los 80's
ResponderEliminarOctaaaaaaaaa!!! Ayuda macho que tú eres de los míos, juas, juas, juas
ajajjajjjjj
ResponderEliminarVosotros no seréis de guateques?
Secretario, tiene ud. un e-mail.
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