AFICIÓN?
-Papá, por qué no podemos ir este sábado a la montaña?
El padre resopla. Raúl apenas tiene 8 años pero su cariño hacia el monte, fruto de una costumbre "impuesta" por un padre que se desvive por dar lo mejor de este loco mundo a su retoño, comienza a ser tan intenso que, aún cabiendo la posibilidad de que no lo comprenda, merece una explicación adaptada a su edad.
El niño desde siempre se ha mostrado similar al padre cuando de dormir se trata. Ambos adoran poder quedarse durmiendo hasta tarde, cobijados en el calor que la manta les ofrece, viendo las ramas de los árboles moverse por el frío viento desde la ventana. Pero cuando se trata de "almorzar en la sierra", es el crío el que primero se levanta y corre a despertar a su progenitor. No obstante, esta semana sería distinto. Es el día del estreno. Su reluciente bici, limpia y engrasada, desde hace tres días la espera para su estreno por el monte sin las "ruedecitas", pues tres han sido las tardes en las que Raúl ha aprendido a desenvolverse y mantener el equilibrio, poniendo todo su empeño para estar listo para el sábado.
Camiseta endurera, pantalón endurero, casco y protecciones, como el papá. Y ese pequeño bidón con el simpático dibujo de supermán que lleva acoplado en el cuadro bien llenito de agua, azúcar y limón. Raúl está listo. Su padre también. Y, como decía, la jornada sería distinta. Pero no como ellos pensaban...
La mañana es ideal: el cielo luce espléndido y la temperatura otoñal acompaña. Padre e hijo se ponen en marcha y, tras avanzar unos 4 km. aproximadamente, se encuentran con ese paisaje tan estimulante, a las faldas de la montaña. Olor a tomillo, romero y espliego invaden sus fosas nasales, ávidas de ese olor tan reconfortante. Una suave brisa acompañada del cántico de un verderol les da la bienvenida al paraíso. Pero, de repente, una caravana de 30 pick-ups con remolques repletos de sabuesos interrumpe la sosegada mañana de la que estaban disfrutando, pasando a toda prisa.
Padre e hijo retoman la marcha un tanto escépticos, y a unos 100 m. divisan a un forestal.
-Lo siento, no pueden pasar. Estamos de batida. Hay un "torneo".
El padre se queda atónito.
-Aquí? Pero si en esta sierra apenas se ha contabilizado una manada de 8 arruís y unos pocos jabalíes!
-Son "trofeos" de caza mayor. Tengo que pedirle nuevamente que den la vuelta y marchen por donde han venido.
Inmediatamente pasa por la mente del padre el día en el que, gracias al silencio que pidió a Raúl que guardara, vieron la manada de arruís pastando tranquilamente. Eran dos machos, cuatro hembras y tres crías. La cara de Raúl era de un asombro espectacular. Estaba a escasos metros de los animales y eso era para él algo inaudito, increíble. Esa manada, junto con los pocos jabalíes que intentaban adaptarse al entorno y los, eso sí, numerosos conejos y liebres, eran la única fauna terrestre que componía la sierra que tanto amaba. Y hoy, hombres sedientos de sangre, en un duelo a muerte en el que el animal tan sólo cuenta con la ínfima posibilidad de huir o esquivar los perdigones, balas o postas, frente a la enorme ventaja del ser humano, armado y apoyado por perros adiestrados para encontrar el rastro de los animales, que acude a sentirse más hombre dando muerte a la escasísima fauna de la sierra, iban a acabar con ellos.
-Pero, oiga, prohíben el acceso a toda la sierra para matar a los pocos animales que en ella viven?
-Esta gente ama el monte tanto o más que ud., señor.
-Amar el monte es matar a sus huéspedes? Es cerrar al resto de gente que lo ama para montar un campo de batalla? Es llenar la montaña de cartuchos de plástico que tardan años y años en desaparecer? Es sembrar del tóxico plomo el entorno? Me está diciendo que eso es amar al monte?
El forestal se queda durante unos segundos sin saber qué decir, y a continuación vuelve a espetar:
-Le he pedido que se marche. Es por su seguridad. Buenos días.
Apenas dos segundos después de escuchar la frase, comienza el estruendo. Dos disparos se escuchan y una bandada de perdices alza el vuelo, espantada, mientras una de ellas cae.
El día se torna gris en la mente del padre. Mira a Raúl, que no comprende nada y espera que su padre le explique lo que está ocurriendo, mientras está de pie con su bici sin ruedecitas, en el día de su estreno como "endurero de dos ruedas". Mientras tanto, un nuevo disparo rompe el silencio y una nueva vida es sesgada. Están "peinando" el monte en busca de cualquier ser vivo. Cualquier cosa que se mueva es objetivo.
El monte es único. El monte ha sido y es, año tras año, un regalo de la naturaleza a multitud de generaciones. Y es misión imprescindible mantenerlo, cuidarlo, dejarlo tal y como lo hemos visto tras la visita, para dejar que evolucione, que nos siga maravillando con sus plantas, sus animales, sus olores, sus rocas... Nos da mucho a cambio de poco. Por el módico "precio" de conservarlo, nos ofrece paisajes de ensueño, aire puro, elimina el estrés acumulado que nos provoca un planeta que cada vez gira más deprisa, cargándonos las pilas para afrontar la vuelta al mundo de hormigón. Cierto es que en la variedad está el gusto, y que hay infinidad de hobbys, todos ellos respetables. Pero nunca entenderé cómo se puede llamar "hobby", afición o como quiera que se le diga, a matar animales a sangre fría. Una ejecución sin remordimientos. Si la caza es por control de plagas o por necesidad, se encuentra totalmente justificada, pues somos también depredadores en lo más alto de la cadena alimentaria y necesitamos alimento, pero el ser humano es el único animal capaz de dibujar una sonrisa de satisfacción en su rostro al mismo tiempo que aprieta el gatillo. Cerrar el monte para acabar con una pequeña manada de arruís es un CRIMEN. Pero parece que hoy el día el crimen es circular con la bicicleta por una senda...
Y así acaba la cosa, con la ilusión de Raúl rota en el día de su estreno, ilusiones de un niño que no comprende la situación y no volverá a ver a los "animalitos" que descubrió con su padre.
-Hijo mío... Como siempre te digo, la montaña es de todos. Es la casa de los animales y las plantas, y nosotros acudimos los fines de semana para conocer desde dentro cómo viven, unas veces andando y otras con la bici. Pero, a pesar de que hoy hemos madrugado mucho, no vamos a poder subir. Hay otras personas que han pedido tener para ellos hoy la montaña y "divertirse". Volveremos la semana que viene, no te preocupes. Cuando reine de nuevo el sentido común, el menos común de los sentidos hoy en día...
El padre resopla. Raúl apenas tiene 8 años pero su cariño hacia el monte, fruto de una costumbre "impuesta" por un padre que se desvive por dar lo mejor de este loco mundo a su retoño, comienza a ser tan intenso que, aún cabiendo la posibilidad de que no lo comprenda, merece una explicación adaptada a su edad.
El niño desde siempre se ha mostrado similar al padre cuando de dormir se trata. Ambos adoran poder quedarse durmiendo hasta tarde, cobijados en el calor que la manta les ofrece, viendo las ramas de los árboles moverse por el frío viento desde la ventana. Pero cuando se trata de "almorzar en la sierra", es el crío el que primero se levanta y corre a despertar a su progenitor. No obstante, esta semana sería distinto. Es el día del estreno. Su reluciente bici, limpia y engrasada, desde hace tres días la espera para su estreno por el monte sin las "ruedecitas", pues tres han sido las tardes en las que Raúl ha aprendido a desenvolverse y mantener el equilibrio, poniendo todo su empeño para estar listo para el sábado.
Camiseta endurera, pantalón endurero, casco y protecciones, como el papá. Y ese pequeño bidón con el simpático dibujo de supermán que lleva acoplado en el cuadro bien llenito de agua, azúcar y limón. Raúl está listo. Su padre también. Y, como decía, la jornada sería distinta. Pero no como ellos pensaban...La mañana es ideal: el cielo luce espléndido y la temperatura otoñal acompaña. Padre e hijo se ponen en marcha y, tras avanzar unos 4 km. aproximadamente, se encuentran con ese paisaje tan estimulante, a las faldas de la montaña. Olor a tomillo, romero y espliego invaden sus fosas nasales, ávidas de ese olor tan reconfortante. Una suave brisa acompañada del cántico de un verderol les da la bienvenida al paraíso. Pero, de repente, una caravana de 30 pick-ups con remolques repletos de sabuesos interrumpe la sosegada mañana de la que estaban disfrutando, pasando a toda prisa.
Padre e hijo retoman la marcha un tanto escépticos, y a unos 100 m. divisan a un forestal.
-Lo siento, no pueden pasar. Estamos de batida. Hay un "torneo".
El padre se queda atónito.
-Aquí? Pero si en esta sierra apenas se ha contabilizado una manada de 8 arruís y unos pocos jabalíes!
-Son "trofeos" de caza mayor. Tengo que pedirle nuevamente que den la vuelta y marchen por donde han venido.
Inmediatamente pasa por la mente del padre el día en el que, gracias al silencio que pidió a Raúl que guardara, vieron la manada de arruís pastando tranquilamente. Eran dos machos, cuatro hembras y tres crías. La cara de Raúl era de un asombro espectacular. Estaba a escasos metros de los animales y eso era para él algo inaudito, increíble. Esa manada, junto con los pocos jabalíes que intentaban adaptarse al entorno y los, eso sí, numerosos conejos y liebres, eran la única fauna terrestre que componía la sierra que tanto amaba. Y hoy, hombres sedientos de sangre, en un duelo a muerte en el que el animal tan sólo cuenta con la ínfima posibilidad de huir o esquivar los perdigones, balas o postas, frente a la enorme ventaja del ser humano, armado y apoyado por perros adiestrados para encontrar el rastro de los animales, que acude a sentirse más hombre dando muerte a la escasísima fauna de la sierra, iban a acabar con ellos.
-Pero, oiga, prohíben el acceso a toda la sierra para matar a los pocos animales que en ella viven?
-Esta gente ama el monte tanto o más que ud., señor.
-Amar el monte es matar a sus huéspedes? Es cerrar al resto de gente que lo ama para montar un campo de batalla? Es llenar la montaña de cartuchos de plástico que tardan años y años en desaparecer? Es sembrar del tóxico plomo el entorno? Me está diciendo que eso es amar al monte?
El forestal se queda durante unos segundos sin saber qué decir, y a continuación vuelve a espetar:
-Le he pedido que se marche. Es por su seguridad. Buenos días.
Apenas dos segundos después de escuchar la frase, comienza el estruendo. Dos disparos se escuchan y una bandada de perdices alza el vuelo, espantada, mientras una de ellas cae.
El día se torna gris en la mente del padre. Mira a Raúl, que no comprende nada y espera que su padre le explique lo que está ocurriendo, mientras está de pie con su bici sin ruedecitas, en el día de su estreno como "endurero de dos ruedas". Mientras tanto, un nuevo disparo rompe el silencio y una nueva vida es sesgada. Están "peinando" el monte en busca de cualquier ser vivo. Cualquier cosa que se mueva es objetivo.
El monte es único. El monte ha sido y es, año tras año, un regalo de la naturaleza a multitud de generaciones. Y es misión imprescindible mantenerlo, cuidarlo, dejarlo tal y como lo hemos visto tras la visita, para dejar que evolucione, que nos siga maravillando con sus plantas, sus animales, sus olores, sus rocas... Nos da mucho a cambio de poco. Por el módico "precio" de conservarlo, nos ofrece paisajes de ensueño, aire puro, elimina el estrés acumulado que nos provoca un planeta que cada vez gira más deprisa, cargándonos las pilas para afrontar la vuelta al mundo de hormigón. Cierto es que en la variedad está el gusto, y que hay infinidad de hobbys, todos ellos respetables. Pero nunca entenderé cómo se puede llamar "hobby", afición o como quiera que se le diga, a matar animales a sangre fría. Una ejecución sin remordimientos. Si la caza es por control de plagas o por necesidad, se encuentra totalmente justificada, pues somos también depredadores en lo más alto de la cadena alimentaria y necesitamos alimento, pero el ser humano es el único animal capaz de dibujar una sonrisa de satisfacción en su rostro al mismo tiempo que aprieta el gatillo. Cerrar el monte para acabar con una pequeña manada de arruís es un CRIMEN. Pero parece que hoy el día el crimen es circular con la bicicleta por una senda...
Y así acaba la cosa, con la ilusión de Raúl rota en el día de su estreno, ilusiones de un niño que no comprende la situación y no volverá a ver a los "animalitos" que descubrió con su padre.
-Hijo mío... Como siempre te digo, la montaña es de todos. Es la casa de los animales y las plantas, y nosotros acudimos los fines de semana para conocer desde dentro cómo viven, unas veces andando y otras con la bici. Pero, a pesar de que hoy hemos madrugado mucho, no vamos a poder subir. Hay otras personas que han pedido tener para ellos hoy la montaña y "divertirse". Volveremos la semana que viene, no te preocupes. Cuando reine de nuevo el sentido común, el menos común de los sentidos hoy en día...
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"El forestal se queda durante unos segundos sin saber qué decir, y a continuación vuelve a espetar"
ResponderEliminar"EL NEGOCI ES EL NEGOCI"
se estima que el ""deporte"" de la caza genera alrededor de 1800 millones de euros. llegando a pagar por via legal la cantidad de 9000€ por matar a un pobre lobo
QUE TRISTE
Jodo Jose, ME HA MOLAO MUCHO MUCHÍSIMO.
ResponderEliminarMuy buena la historia, muy roto el equilibrio en sierras... y mentes cerradas.
Chapó!!!!!!
Me ha llegao Josele.
ResponderEliminarVicent, tú movil is off toda la tarde. :(
Do not disturb!! juas juas
ResponderEliminarJacinto Benavente, y el tuyo está super off ahora, so Calamardo!!!
ResponderEliminartienes un e-mail, Patricio!!;)
ResponderEliminarSe parece a algo de hacer un par de semanas......
ResponderEliminarContestado Solsticio!!
ResponderEliminarSi tú decir, yo creer, oh Gran Jefe de Ojos Saltones!
Exacto, Juanes. Hace un par de semanas que lleva la idea recorriendo mi cabeza.
ResponderEliminarOct, gran verdad la tuya.
Muy buena Josele
ResponderEliminarBuenísimo y una joya más para el blog.
ResponderEliminarEs que me lo voy a volver a leer...
Bueno nenes, mañana me apetece una ilegal, alguién disponible?;)
ResponderEliminarParece ser que para el finde el tiempo puede estropearse, si lloviera habria que plantear un plan B al plan del Totxa del Norte, porque un Morro Gros húmedo debe ser la repera, aunque esperemos que no caiga ni gota, porque le tengo ganas a la Jolie.:D
Yo veo esa ilegal Zambu!
ResponderEliminarQue propones??
Mola, Orito, Sábater... me da igual.
ResponderEliminarPor cierto écharle un ojo a esto
Zam...., ahi no se ve na!!!.
ResponderEliminarZam, aún me va a tocar moderar tu comentario, SO SPAMMER!!
ResponderEliminarZam te digo algo seguro mañana, depende de como vaya.
ResponderEliminarPara el sábado el terreno va a estar en su punto. Morro Gros y Zetuncias del Cavall, pues?
Mare meua, pedazo dos bajales nos vamos a endiñar!!!
OK, me gusta la opcion de la mola.
ResponderEliminarA que hora se ilegaliza entonces??
El Zam había dicho pronto, a eso de las 16 h.
ResponderEliminarA mi también me Mola eso de la Mola.
Bueno banda, el sábado hará fresquete montañés, pero no lloverá. Así que Mordor nos espera de nuevo... apelemos pues a la Gordura, y afilemos nuestras Minion...
ResponderEliminarAh no, que ahora somos de Kenda!! :P
Uf..., casi me salen las lagrimitas.
ResponderEliminarAcabo de leer la historia y es tan triste como cierta.
Muy, muy, muy buena Josele. La lástima es que se seguirá repitiendo.
Mi minion y la high roller no estan ya ni para afilar,nos agarraremos fuerte al manillar...,.espero k no llueva
ResponderEliminarTotxika, Kenda & Robertito Superbroncas ruuuuuuuuuuuulz!! :D
ResponderEliminarNenas, pero CÓMO ME ROTO, REFOTRA!
Creo que esta tarde no lo cato ZamZ y OscZ.
ResponderEliminarAgenda a tutiplé, sr. Secretari.
ResponderEliminarGarganta a tutiplé!!
ResponderEliminarComo siempre, vamos.
Bueno, he hablado con el señor Zambullo.
ResponderEliminarA las 4.30 hemos quedado en mi almacen para salir rumbo a la mola, si alguien puede y se anima que se deje caer por aqui o que avise.
Ahí va una perla del foro:
ResponderEliminarhttp://www.foromtb.com/showthread.php?t=380670&page=994
Nuestras épicas: mariconás!!! jajaja
BESTIAL, el úlitmo comentario que ha pegado es el tuyo no?, porque pone "mi primo Jose" y que "nos gusta portear", vaya rutón!!!!:D
ResponderEliminarLo del Fer es el clímax de un rotero, el no va más, el súmum, la cima... Esas rutas y encima con esos paisajes tienen que producir una ensofatación interna de adrenalina brutal.
ResponderEliminarBueno, me mandó un privado contestándome un comentario en el foro, y le contesté. Ya sé que a todos no nos gusta hacer callo en el hombro, y a josele el tío Fer se lo aprecia.
ResponderEliminarMe comentó que bajaron desde los 2500 hasta los 200 mts de altura ¡¡por sendero y trialera todo el tiempo!!
Lof. Mucho lof.
ResponderEliminarDe mayores, seremos como ellos.
Lo has bordado!!!
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