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lunes, 30 de julio de 2012

BÈRNIA ROT STYLE

Señoras y señores, lo que no són figues són bacores...

Como me huelo una estampida general a última hora, y no es plan de jugar a ciegas, lanzo este comunicado a modo de sondeo.

Para este próximo sábado 4 de agosto, se ha previsto una sesión rutero-baño-jamplanciera que pretende juntar a buena tropa por el entorno de Bèrnia.

Lo suyo sería dar pedales sobre las 8,30 desde Altea la Vella, donde volveríamos sobre las 12,30-13 h. De Novelda a Altea la Vella hay menos de 1 h. de coche.

La ruta incluye un duro puerto agsfáltico con un duro porteo posterior, no demasiado largo, eso sí. La bajada posterior es MUY BUENA y muy técnica. Para quien no conozca Bèrnia todavía, no podemos más que recomendarla.

Después de llegar al pueblo si se quiere nos podemos dar un baño en la playa o mejor en les Fonts de l'Algar, con jamplancia posterior.

Pues eso, que me gustaría ver qué puede o no hacer el personal, para planificar el asunto como es debido. Así que agradeceríamos saber quién tiene intención de ir, de comer, de bañarse con el tanga de leopardo y todas esas cosas.
Gracias majos!

viernes, 27 de julio de 2012

DESCENSO DEL CARBÓ

Dejándonos caer por un margen llegamos de nuevo a la civilización, tras horas sintiéndonos una bellota más de esta montaña, que ya nos ha atrapado para siempre, sin saber aún lo que queda por delante.

De nuevo, y como fatal anécdota de todo el viaje, el levante que sigue con cierta vehemencia, anuncia un humo aún más ennegrecido. Tanto es así, que a nuestra llegada a Sant Joan de Penyagolosa, preguntamos a los allí presentes si es que hay fuego en su base, y nos responden que no, que es fruto del reavivamiento de las llamas que ya han consumido más de cuarenta mil hectáreas, en una catástrofe sin igual desde hace casi 20 años en los montes valencianos. De piedra nos quedamos, sin saber qué pensar ya, por lo que decidimos por unanimidad de los presentes, intentar aunque parezca imposible, obviar el humo, pensar que es un cumulonimbo parecido al que nos fagocitó la pepita en Serrella, y gritar un hurra a cada pino que vemos. Así que claro, nos la pasamos entre vítores y jaranas hasta el final, y con la duda de si ponernos o no el chubasquero chubasgou.

Pero en Sant Joan no, que es sacrilegio hacer eso, así que algunos nos sentimos intimidados pensando que en cualquier momento te podía salir un monje-guerrero templario, así que nos pedimos agua y aquarius. Eso sí, los peloenpecho se pidieron un buen birronxo, cosa que debimos hacer también el resto, ahora que lo pienso.

Sant Joan de Penyagolosa es un sitio mágico, al que personalmente tenía mucha ilusión por conocer. Caserío, santuario, eremitorio, hospedaje y misticismo a raudales es lo que engloba. Además, en una rutaca como ésta, el poder disponer de parada y fonda a mediante, constituye todo un lujo y un alivio en caso de mal tiempo, algo habitual por estos pagos. El verano aquí no es el mismo que el nuestro, como tampoco lo debe ser el invierno, cosa que a simple vista se comprueba al ver los murallones del conjunto monumental, las puertas de robusta madera, y ese punto mezcla de olor a antiguo y humedad de estos rincones sacros.

Sant Joan queda atrás, mientras el camino sigue hasta alcanzar por tercera vez la cota 1500, en un austero paraje donde el vientecillo ya cede, y nos regala una magnífica visión de los Cingles de Marcén y su perpetuo y viejo bosque de laricios. Atrás pilota el mítico Bovalar, al fondo el barranco del Carbó... topónimos con los que soñé desde adolescente, en horas y horas mirando mapas y pensando que algún día, vería con mis propios ojos antes de quedarme cegarruto del todo. Y qué mejor forma que en bici y con un grupeto de tarados mentales como el nuestro.

Damos signos de vida a los correspondientes palomares. "Todo en orden, te llamo de nuevo abajo si no me ha fagocitado la bajal, palomita. Si lo hace, cuéntale a mi peque lo que fue su padre un día!". "No flipes, no digas gilipolleces y vuelve de una pieza si no quieres que te tire el hierro ese de ruedas al contenedor del reciclaje". "Fale, es que el momentazo me ha podido".

Clis, clis, velcro, antesala de lo grande, sol que empieza caer, horizonte entre barrancos, "¿por dónde se baja?", " y yo que sé?", "aghhhh por camino nooooo!". A pesar de los iniciales 150 mts de desnivel tirados a la basura por un caminal, te digo yo que eso pronto lo olvidas pronto. Hiiiiiii, frenazo y senda por la derecha, "ahhh, què bó! però xà què bóooooo!!".

Atisbamos -o nos atisban, eso nunca lo sabremos- un grupeto de Boy Scouts o de seminaristas salesianos, presto a una petada de kk's a la que no pensamos quedarnos. El guapete con patillas y pañuelo en el cuello se hace el gracioso ante las mozas allí reunidas, con un sarcástico "oyes, que por ahí no se puede ir en bici". Nosotros, rudos y rurales montaraces, solo alcanzamos si quiera a balcucear un grmmmfff arf arf!, con acento gorrinero.

Habrá que ver si el compuesto superpunki hace honor a su nombre. Virajes, recontravirajes, "si me ajostio me amato... ufff qué ambiente! qué am-bien-te!" La senda es viperina. No alcanzo a pensar cómo nuestras liebres alcoyanas nos habían calificado esta última bajal como que "no está mal". Qué no está mal? si está macizorrísima perdida.

La senda en sí es larga, muy larga, con unos 6 o 7 kms bien aprovechados entre laderas de canchal al principio, tramos de Zs, curvas con patio, curvas sin patio, curvas con patio y balcón, con balcón sólo... y entre medio un boscazo de pinos laricios de buen porte, arces a veces, carrascas, en fin, un sinvivir vegetal que se hace la ola con la relativamente lejana ladera de enfrente. De vez en cuando, caseríos de piedra en un sol espectacular para esto de la fotanda. Pero a ver quién es el guapo que para.

Fagocitadas varias aparte, se monta una reunión vecinal rotera en una curva. El cartel de "cascada" no augura buen final entre tanto macho cabrío, mas no fue así esta vez, y un senderito disfrutón nos deja en un maravilloso jacuzzi natural en pleno río Carbó.

En fin, sencillamente espectacular el encuentro lorzático en la poza del río. El pobre mirlo acuático que habita la cascada, casi tiene que pedir asilo político en otro río. Con pena, con esa paz que te deja un agua fría de manantial, con un bocata más en la barriga, nos ponemos con gracia de nuevo nuestros calzoncillitos sudaos y a portear lo bajado, que esto señores, no se ha acabado.

El horquillaje no para en zonas rápidas, lentas, reviradas, pedrolos, chinorros, vadeos de agua, en fin, un lujazo pese a llevar tropecientas horas haciendo el mico en estas serranías. Pero todo lo que empieza termina, y después de un buen rato de senda desde la poza y tocando las 21 horas, el manso campanar de Villahermosa anuncia a sus moradores que la quietud vecinal se tambalea con la llegada de 6 olorosos y no se sabe muy porqué felices especímenes roteros.

Sanos, salvos y con un endorfinamiento masivo, que esperamos repetir de nuevo otro día en uno de los bucles que se va por la directa al Top 5 rotero.

Grande, mu grande esto del montan bai, y si encima lo entendiéramos, ya pa qué contar!

miércoles, 25 de julio de 2012

POR LA BASE SUR Y ESTE DEL GEGANT DE PEDRA, METRO A METRO

La primera sensación al bajar de la furgo llena de ganado rotero, fue un poco malrollizante: soplaba un poniente generoso, que hacía recordar el fuego de Mordor que se estaba viviendo apenas unos valles más al Sur. Damos buena cuenta de nuestra llegada al posadero donde pernoctaremos, si todo va bien, a la entrada del pueblo de Villahermosa del Río, que hace justo honor a su nombre.

Pasamos al otro lado del pueblo, asentado sobre una colina apretada, como sus callejuelas bien aderezadas para soportar el frío invernal y la canícula veraniega, montados ya en biciclomontañés siendo las 11,30 h. y tras una jamplancia de casi 4 horas de furgo.

Ahora por fin salimos dando pedales y lo hacemos además, bajando. Puro espejismo vaya. 200 mts y primera parada del día. Todo muy rotero. Subida hormigoneada que nos hace recordar las palabras de Tino, que actuó junto a los primos de las tierras altas como "liebre" la semana pasada: "el principio es [Modo Javier Luqui ON] lo máaaaas duro [Modo Javier Luqui OFF]".

Superamos un repecho y la cosa suaviza, nos olvidamos de Villahermosa y entramos en materia, un boscazo interminable ocupa prácticamente todo el Macizo del Penyagolosa, osado picacho pétreo al que pretendemos dar la vuelta entera, en una ruta original pasada por un genio en esto de las ruedas gordas, Pacolo.

El viento ponentino sigue, aunque el camino se ve mejorado por la ausencia de hormigón, tiene su ancho justo para no resultar pestoso, su desnivel prieto para no ahogar del todo, y un marco, jodo qué marco! incomparable. Alcanzamos el magnífico entorno del Mas de Borràs, verdadera "ciudad de vacaciones", cruzamos el barranquillo de idéntico nombre y seguimos ascendiendo, poc a poc, por uno de esos caminos que cuando cambias de ladera y miras, ves el desnivel ganado y te sube la libido endulerda a pasos agigantados.

Cambiamos de tercio por un senderillo que pica hacia arriba, técnico, que obliga a desmontar al paisanaje rotero en ocasiones, y que de repente, nos regala la primera visión del gigantón castellonense. A sus pies, Penyagolosa!

De repente, el poniente mengua, resuella la marinada y aparece un manto blanco en el cielo, producto de los dos fuegos. La inmensidad hacia levante solamente se ve limitada por la mala visibilidad que hay hoy, pero las miles de hectáreas de bosque que se ven desde aquí, son una verdadera maravilla para la vista.

Salimos de nuevo a un camino, aparecen los primeros pinos laricios, signo inquívoco de altura, y a los 1300 mts por la zona del Rebollo, cambiamos nuevamente de tercio, para introducirnos por un nuevo sendero en subida, con tramos de bosque, tramos aéreos, sendero liso, roca afilada y pasos de fé, que configuran un tramo exigente. Sin saberlo, acabamos de entrar en una infinita y delgada línea que atraviesa toda la parte Sur y Este del pico por senda. El elevado kilometraje del sendero y la magnitud y belleza del entorno, hacen de esta primera parte, todo un rutón de mucha calidad.

Por territorio de maquis y con algún empujón de manillar que otro, llegamos a la Fuente de las Mozas. La fuente en sí la vimos, con un escaso caño por cierto, pero las mozas debieron salir huyendo ladera arriba al vernos siquiera cruzar la ladera. Qué poco aprecio al sex appeal rotero y qué fuerte me parece, oye!

En fin, paradita larga, tras hora y media de recorrido, fotos, risas, tentempié y p'abajo y luego p'arriba bajo la sombra de dos imponentes águilas. Es la una y media cuando empezamos un tramo de porteo, de unos 20 minutos, que no hace sino flanquear unos cortados, por uno de esos tramos de senderos bien hechos hace ni se sabe cuánto, por gente que vivía por y para la montaña.

De esta manera ganamos la altura final, y enlazamos con un tramo disfrutón en subida ligera, hasta llegar al Cantal del Miquelet, collado que separa el Penyagolosa del Golosilla, en una zona muy estética con pinar de alto porte, tan característico de las alturas mediterráneas. Estamos a unos 1500 mts de altura.

Decidimos comer, sobre las 14,30 h. Alguno hizo sus "pinitos", sin periódico que leer, eso sí. La soledad es exagerada, pues no hemos visto un alma desde el Mas de Borràs. Tanta, que abruma.

Nos proteccionamos y disfrutamos de la primera bajada del día. Justa para ponernos a tono sin perder demasiado desnivel tampoco. Lo justo de rápida y técnica, como para pillarle el punto al terreno, sin perder de vista la colosal visión de las paredes meridionales del Penyagolosa, que surcamos justo por su base, en un entorno salvaje.

Tras cerrar una cerca de ganado, y hacer las pertinentes paraetas foteancieras, cruzamos el tramo final por les Coves del Sastre y nos paramos al rajar el flanco de la rueda trasera en un "flas!" que oyeron hasta en las Columbretes. Nada que Pepe y las mechas no solucionen, mientras el levante se hace fuerte. Estamos en el otro extremo de la ruta, en el Coll del Plà de la Creu, a unos 1250 mts de altura en zona de masías abandonadas, praderíos, barrancadas y asilamiento general. En este punto abandonamos, horas después de iniciarlo, el sendero fino que nos ha introducido hasta las mismas entrañas de la montaña. Un sendero que hacerlo en total soledad, debe resultar un viaje iniciático parecido a fumarse un canuto en lo alto del Karakórum. O casi.

Desde aquí se intuía una subida potente, aunque finalmente no fue tal, y se convirtió en un puerto con desnivel muy sostenido, incluso disfrutón, jatetú. Entre dos márgenes de roca giramos rumbo, para meternos de lleno en el submundo húmedo y de altura del pico. Por els Ventisquers de Fraga, empezamos a surcar por pista el bosque de pino silvestre, las paticas empiezan a pesar, y entre tramos de ladera con desnivel alcanzamos tras unos kms la Banyadera, nuevamente a más de 1500 mts de altura, desde donde alcanzamos a ver a tiro de piedra la pirámide del pico, a 1814 metracos sobre el azul del mar.

No vamos nada mal, lentos, pero sin pausa. Aunque algunos más que otros, y es entonces cuando servidor, a arrastrones desde ya hace unos minutos, alcanzo de nuevo el grupo y me encuentro al Psico rotero, bastón en mano y brazos en alto, soltando un humillante discurso de los de "arrrepentíos o morid!!!", que da paso a la parte contratante de la segunda parte de esta crónica, que tuvo su momento de recuperación mental, gracias a la atmósfera mágica de la Pegunta.

CONVOCATORIA DE FALSO VIERNES: CILLA DEL SIT

La inmensidad abrumadora de dos roteros, y el hecho de estar medio pueblo sobando y el otro medio de resaca infinita, nos da vía libre para convocar a toda la masa de la "R dentro del plato pequeño" a endorfinar cañamones de Ketama este sábado, 29 de julio.

Se propone quedar temprano, hecho que no comportará daño psíquico a todos aquellos acostumbrados a pedirse el último cubata en la verbena, mientras despunta el sol por encima de la cantante macizorra; a eso de las 7,15 h nos vemos todo el colectivo de lorzas en Chisinau, capital de Moldavia.

Arrancamos coches y antes de las 8, a ver si estamos listos para darle al propardal y endiñarnos la subida progresiva desde Petrer rumbo a la Cilla del Sit, por recorrido conocido: vertiente petrolanca de subida al Sit, Abeto (Collao dels Matxos), senda de les Cordelleres, Comptador y hacia la subil final de la Cilla. Proteccionamens y hacia la senda de la Cova del Tío Perico (toma élfico antiguo!) o hacia les Penyes del Sol. En ambos casos final brillante.

Rotada guapa de las que ponen a tono, con todo lo que nos gusta, y no demasiado larga para así poder seguir con el proceso de rehidratación post fiestas populares.

Vienes?
Coche?
Al fin es... miércoles!!! o_Ó

martes, 24 de julio de 2012

SOÑANDO EN LA PEGUNTA

A centenares de kilómetros de casa, y a kilómetro y medio de altura sobre el difuminado Mediterráneo, nos encontramos sumidos en la dura terapia del Psicoloco rotero tras un duro trayecto que iniciamos hace casi siete horas de reloj. Un nubarrón amenazante, producto de la agonía de bosques no muy lejanos, envuelven la sesión. Es verano, pero juro por el Dios de las Sendas que tengo sensación de frío, y la epidermis que mantengo a salvo de los arrastrones, tiene todo el pelajo de punta.

Por suerte al Psico se le corta de su conferencia apabullante, es hora de escribir uno de los episodios vegetotrialéricos más apasionantes de la reciente historia rotera:

Hacia el noroeste del pico del Penyagolosa, salimos de un claro del bosque por una imprecisa bajada. En nada y de la nada, aparece una humilde barranquera con un rastro de senda, que nos pone de golpe y porrazo -literalmente- en nuestro sitio, en forma de peaje repentino y besada de roca y arbusto. Hay quien desde entonces, luce un bonito tatuaje como recuerdo de una bajada antológica que lleva por nombre "la Pegunta".

En nada empieza la apoteosis. Sumidos en un mágico bosque de cuento, sucumbimos ante lo que para nosotros supone todo un monumento vegetal. Un bosque, perfectamente instrumentalizado a base de arces, majuelos, rosales silvestres, pino laricio y espino albar, confecciona una armoniosa orquesta que silba en esta magnífica tarde de verano, unos acordes celestiales.

Entre el tropel de troncos de 30 metros de altura, se deja ver un sendero de esos que salen en los mejores sueños del endulerdismo colectivo. Pisado y compacto en tramos, bordeado por hierba a veces, otras difuminado y recto entre un tapiz de acículas de pino, y las más, generoso en roca caliza de todos los tamaños formas y colores.

Es imposible no parar para hablar con el bosque. En un par de momentos me quedo sólo, y miro a todos lados como queriendo grabar en mi mente lo que ven mis ojos. A veces me parece estar viendo una obaga de la Val d'Arán, a veces los longevos salgareños de Segura, Cazorla y las Villas, otras el macizo esponjoso del Calar del río Mundo. Un verde perpetuo de un suelo en el que poca luz llega, se confunde con el negro y blanco de los troncos laricios, dándole carácter propio al lenguaje visual del momento.

Pero joder, hay que seguir, que nos queda ruta para rato, y más abajo se oye el devenir de bujes y se intuye el trabajazo de horquillas y amortigadores entre biciclos compañeros que flipan en colores con el momentazo. Entre los reencuentros del grupeto, caras maravilladas y una voz baja como queriendo no interrumpir la magia del sitio.

Las luces de la tarde y el sol que empieza a caer se suman a la fiesta. Y rendidos, olvidamos los tatuajes hechos a base de pinchos y el pelaje de punta producto de un bajonazo físico. Incluso olvidamos la charla del Psicoloco, y acompañados del arroyo perezoso que sale al claro del bosque, volvemos la vista atrás a la espesura, agradecidos y con ganas de empadronarnos por siempre jamás, en este rincón de los sueños, donde todo lo que imaginamos un día, se convirtió en realidad por unos momentos.

Lo que vino después, ya es fruto de otra historia.

jueves, 19 de julio de 2012

- NOVELDA EN FESTES -

Un añito más, ya las tenemos aquí. La Moreneta del Castell acude a su cita veraniega ineludible y embauca a los roteros con promesas de remedios al calor sofocante en forma de plis-playses a la fresca en cualquier cuartelillo, que seguro harán las delicias del rotero, acompañado de musiqueta y bon rollet novelder.

Así pues, hacemos un alto en el camino y damos el merecido descanso al cuerpo del guerrero para, en breve, comenzar con buen pie la nueva temporada rotera.

SALUT I BONES FESTES!