Mediado el mes de agosto tiré de investiganda en solitario, madrugué en busca de uno de esos pasos escondidos que guarda Aitana. Saliendo desde los pueblos del valle, fui enlazando senderos y caminos de montaña hasta alcanzar el bosque del Ventisquer, que atesora mil maravillas botánicas bajo su tupido manto de pinar compuesto por tres especies diferentes.

Me costó encontrar el sendero, mis brazos y piernas podrían dar fe de ello, pero conseguí alcanzar los más de 1400 mts de altitud del paso entre terreno agostado. Pese a ello, la temperatura era muy buena. Con la hora casi encima, no pude seguir la investiganda prevista, y desandé camino bajando por la clásica de Partegat, con la nueva variante que ya no cruza por la Font de Mendós. Directa y muy buena me pareció. Desde la frondosidad de Partegat, que estrenaba fuente, tomé el camino viejo de Benifato, creando un bucle duro pese a sus escasos 24 kms.

Para volver con la grupeta, sin duda.