El bucle infinito programado el sábado pasado, es el resultado de muchas incursiones por la zona que queda entre el Cabal, el Penyó Divino, el Ponotx y el Puig Campana. Un núcleo orográfico mediterráneo a tope, tremendamente vistoso.

Esa zona, minada de senderos, ofrece múltiples opciones para el mtb. Nosotros elegimos una opción difícil, muy áspera, y quién sabe si demasiado ambiciosa.

Por aquel terreno anduvimos 12 horas, y aún así nos dejamos la vuelta entera al Puig. En un principio se barajaban dos opciones como primera parte de la ruta, y al salir dando pedales a buena hora, se hizo de ambas, la más larga y dura.

El bucle no se terminó, pero ello no impidió que naciese la leyenda de un rutón rotero de órdago, de nombre Tour de los Dolomitas de la Costa Blanca, que desafiará a todo aquel que crea que esta tierra, no es sino una prolongación de paseos marítimos cosidos a buenas temperaturas.

El sábado fuimos 7 grandísimos amigos, los que reímos y disfrutamos de un entorno inigualable a lomos de nuestras queridas bicicletas. En la próxima, prometemos ser más. Quién sabe, igual ya iremos más concienciados de lo que nos espera por delante.

Mención especial para el infatigable Arturo, que sacrificó un día de vacaciones para regalarnos su conversación, su estilazo y su amistad, una vez más.