EN LOS CONFINES PIRENAICOS DEL PETRETXEMA.
A esas horas de la noche los que cohabitamos en ese habitáculo de apenas 15 metros cuadrados no alcanzamos a saber a ciencia cierta, si el descomunal resoplido que suena en él, procede de la osa Camille, último ejemplar con árbol genealógico 100% pirenaico que tenía a bien hurgar por fuera del habitáculo hasta hace bien poco, o de un portentoso macho de dos patas y estómago lleno. El caso es que faltan horas para afrontar una buena tunda ciclomontañera, estamos cansados de un viaje de casi 700 kms en un furgón lleno de ganado rotero (6 burras y 6 burros), y queremos dormir!!!
Al rato, se oyen ya murmullos y movimiento de mochilas al otro lado de la puerta, y tras otear desde una litera superior el habitáculo, veo un panorama dantesco, así que decido asomarme a la buhardilla entreabierta: nublado, viento fresco y calma tensa fuera. Pues habrá que salir!
Salimos de Linza, a exactos 1340 mts sobre el lejano mar, entre aplausos y gritos de ánimo de los amables guardas de este estupendo refugio. Increíble. Ya ayer noche la gente alucinaba bellotas con nuestras pretensiones, acojonando y engordando el ego a partes iguales a todos y cada uno de los seis roteros en filas esta ocasión.
De Linza salimos a tope, con un sendero empinadísimo y un desgraciado incidente que condicionó la ruta. Apenas a 200 mts del refugio, un crujido en la bici de Zam le deja en fuera de juego en forma de potencia petada, justo uno de los pocos componentes sin recambio en la furgo.
El cielo parecía más gris si cabe, y las caras se nos quedaron de muestra. No podía empezar peor el juego. Viendo cómo se bajaba de la marcha pese a animarlo a seguir andando, fue lo peor del viaje. El caso es que después de todo, veníamos a mirarle directamente a los ojos al Petretxema, y aún ni siquiera se intuía su mirada, así que reemprendimos la marcheta.
Esta cima pirenaica, se cruzó en nuestro camino gracias al ímpetu de un puñado de buenos ciclomontañeros vascos y navarros, y desde su visión en tres o cuatro blogs del gremio, nos atrapó para siempre.
Avanzamos dejando atrás el Maz de Aragón, que también es el Txamantxoia navarro, entre praderíos. La humedad hace el ambiente un poco agobiante, y a ratos ciclamos, a ratos empujamos. El devenir de montañeros empieza a ser evidente. Bien hicimos en hacer caso a Mikel y planear la ruta entre semana, por aquello de intentar no encontrarnos mucha muchedumbre que le quite ambiente a la historia, y no generarnos tampoco rechazo molestando en exceso a la multitud.
La Paquiza de Linzola se nos aparece de golpe al bordear la Loma de Sobrante, ante cientos de ovejas que bajan hacia el fondo del Barranco del Petretxema. Jodo, no podemos parar de hacer fotos a esta pedazo postal pirenaica!!! Casi ni se habla, de la flipamenta que llevamos, cuando alguien en una de las paradas parece atisbar la silueta de... ¿¿¿Frodo Bolsón???, ¿¿¿ZamzagaZ??? Abrazos, alegría al ver que se lo pensó mejor, palmaditas en la espalda, y buena cara pese a todo.
Reemprendemos la marcha de nuevo en sexteto y todos andando. ¿Por solidaridad con el afectado? aaahhhh no, que no podéis más, cacho mamones!!. Alguno dirá a posteriori que quien más y quien menos rodó montado apenas un 30% de la subida, pero servidor, que estuvo tooooda la rotada guardando la retaguardia por si aparecía de repente Camille, le calculo a los más pelotudos, entre un 50 y un 62,342323% dando pedales hasta el siguiente altozano una vez pasado el Collado de Linza. Mi porcentaje mejor no lo pongo. Así pues, y con total sinceridad gremial, olé los potroak del personal que se fuma esta subida casi todo montado. Nosotros, NO pudimos.
En este punto, justo al Sur de la Paquiza de Linzola salvamos un fuerte escalón en el sendero que en apenas 500 ó 600 metros lineales nos eleva 200 metros de desnivel. Las marcas del GR no conducen a engaño, pero el porteo hace que por un instante nos detengamos, animados por los rayos del sol que por primera vez en toda la mañana, salen entre las nubes creando instantes inolvidables, con un contraste tremendo entre el gris calizo de los picos y las nubes bajas, y un verde intenso reforzado por el sol a tramos.
Desde hace un rato Juan pide insistentemente revisar el rumbo, dado que el track parece circular por el fondo del barranco. Miramos y es verdad, pero un par de veteranos senderistas nos aseguran que la subida tradicional es esta donde estamos y que el Petretxema es... el pico que está a nuestra espalda!! Se van, y flipamos con la visión. Simplemente.
De todas formas, y con tal de no seguir oyendo al bueno del Juanako, le comento que la subida que se ve ahí abajo es también galopante, y que si eso, a la vuelta podemos entroncar con un senderito que desde el refugio-vivac del Petretxema se ve, y que tira prado abajo en plan pelea de Bud Spencer en un bareto de los 70, esto es, a lo bestia.
Lo bueno del porteo y de ir detrás del todo, es que las instantáneas que vas sacando son buenas, y el sufrimiento y la petación del momento se transformarán casi seguro en casa, en fotaca para el recuerdo que servirá de cohartada para la batallita de abuelo cebolleta con la que amenizarás las Nochebuenas a tus nietos. Si es que salimos de esta, claro.
Un sube y baja conduce a un tramo corto pero algo angosto por roca caliza, y detrás del paso, una subida tendida sobre hierba, con varios senderos paralelos a modo de surco, resultado del paso del ganado (no rotero) y que es toda una constante no solo en esta zona, sino en las zonas subalpinas de casi todo el Pirineo. Lo cierto es que muchas veces acabas saliendo del sendero y apurando pedales por el prado, que costar, cuesta un rato.
Casi sin darnos cuenta, y entre ánimos de montañeros que nos van adelantando, alcanzamos el Collau de Linza, a 1900 mts de altitud, y donde el panorama se abre hacia el caos kárstico de Larra, y el cordal compuesto por los picos Ukerdi, Budogia y la tremenda mole del Hiru Erregeen Mahaia, o lo que es lo mismo: la Mesa de los Tres Reyes, que une la grande France, el reino de Aragorn, y el de Navarra. Y como uno es navarro, aunque no de empadronamiento sí de primer apellido, ver aquello me tocó descomunalmente la fibra sensible.
Apenas hablo un poco con un senderista barcelonés que se declara también ciclista, y que me asegura tener sana envidia de vernos por allí, y traaaato de salir todo lo rápido que puedo detrás de la manada de ñús con camisetola rotera, que ya enfila los últimos contrafuertes ciclables antes de la arista cimera final.
Un rato de paradiña en un tramo más empinado de la dorsal, y mientras el cielo se vuelve a abrir un poquillo damos repaso a las barritas del carreful y llamamos al palomar brevemente. Bueno, lo de breve cuando se trata de llamar al palomar es algo que no cabe dentro del vocabulario de alguno, que más bien nos lo dejamos allí un buen rato mientras empezábamos quizá lo más serio de la jornada: el ascenso final.
Pues sí chico, a estas alturas el espíritu se nos abre en canal al unirse Lorenzo en forma de calorcete y buen rollo al tema. Sureños que somos. Y mientras cada uno a su bola le imprime el giro final al pedrusco este descomunal que llaman Petrachema en Ansó y Petretxema en euskera, ganamos metros con los biciclos en hombros y chepas, no sea que gastemos mucho taco, tan vital para la bajada.
En un tramo cerrado, con un sendero y un entorno que a mi me recordó a las alturas de nuestra querida Serrella, caigo en la cuenta que estamos en la horquilla que nos debería conducir al pico. Yhalapués! en un balconcito donde ya se nota el viento que entraba desde la France, y con montañeros por delante y detrás, se nos aparece de la nada el Super Palomo, sin saliva de tanto hablar por teléfono... pero con ganas de petarnos en la arista.
A todo esto el amigo de Frodo no veas tú cómo corría no, lo siguiente por entre los piedros. Jodo, cómo se nota que este no lleva bici. No será porque no se la hemos ofrecido todos y no la ha querido el mal bicho... me da a mi en la nariz que este nos planta la R rotera arriba y se hincha a hacernos fotancias de frente, con lo que nos tocará esconder barriga... en pleno porteo final. Ainsss cabroncete...
Pim pam, pim pam. La virgen qué patio tiene esto a este lado. Juanito no te me arrimes, que tienes que conducir la furgo de vuelta al terruño. Majos, muy majos este grupeto de senderistas vascos. Como todos los que nos hemos cruzado hoy, vaya. Pero con estos hago más miga. Pues nada a ver... esta loma... no es!, jodo, seguro que en el siguiente espinazo ya veo al ZamzagaZ con el flash encendido. Pues toma, este tampoco. La firgen que ya me empieza a pesar el hierrajo este, y la nieblaaaa, uy la nieblaaaaa. A ver si ahora detrás del picacho este. Chooopiiii, ¿se ve el pico o qué?. Pa qué preguntaré yo nada. De dónde venís me has dicho, ahhh, de Vizcaya, bonita tierra y grandísimo equipo el de la capital, nosotros de Alicante. Sí eh?, con lo bien que estaríamos en la playa ahora mismo y mira... bueno a ver ahoraa.... jodo!!! síiiiii!!! la cimaaaaaaa!!! vinga va!, barriga p'adentro, cara de jodido pero contento y ahí-va-la-hostia qué panorama!!!
BRUTAL. Sensación de pico total. Si no fuera por el relativo gentío, te diría que me empadronaba allí, y ahora mismo.
Después de salir a las 8,30, y llegar arriba a las 11,15 h., atrás quedaron las dudas sobre si sería más o menos duro, si podríamos o no, si las condiciones nos serían propicias, las averías... en fin, las miles de dudas típicas que asaltan a cualquier biciclista de montaña antes de algo gordo. Acordarnos nos acordamos mucho de toda la tropa que no pudo hacer este viaje, pero permitidnos que nos sinceremos al decir que el nombre de "Pepako" estuvo en boca de todos con semejante subidita. De las que llevan su nombre escrito.
La calma de la cima no es perfecta al haber unas 15 ó 20 personas pululando por sus aledaños, pero el buen ambiente entre todos los que disfrutamos de la montaña era buenísimo, y ver in situ los picos circundantes, con la Mesa, el Budogia, las montañas de Lhurs, adivinar el Valle de Roncal entre las nubes, y ver el murallón compuesto por el Mallo Acherito y el Chinebral fue un espectáculo. La pena era la falta de visión hacia el Pirineo Central, y el Midi, o no lo vimos o no supimos verlo, ya que las nubes empezaban a hacerse fuertes a medida que se agigantaban desde el fondo de los valles, y el frente que se había previsto hacia la tarde, parecía querer adelantarse.
Empecé a mosquearme con el tiempo (el atmosférico y el del relojero), almenos eso le dije al Gotxo, así que mientras dábamos buena cuenta del bocata que nos preparó Santi en el refugio, se nos planteó la duda de si tomar el sendero empinadísimo que desde la cumbre baja directamente al Collado del Petretxema (lugar en el que supuestamente pasaríamos en un rato, para seguir por la bajada de las Foyas del Ingeniero), pero pensamos que tomar ese sendero era poco ciclable, había mucho montañero y el terreno se iba a ver castigado por nuestro paso. Además, nos dejábamos la parte de la cresta del Petretxema, que pintaba bestial, con pasos expuestos y mucha piedra suelta.
Decidimos por unanimidad bajar por donde se tenía previsto inicialmente. Nos hicimos la foto de rigor, nos enfundamos las protes, nos abrigamos y nos repartimos suerte. Como premisa se dejó bien claro no ciclar hacia la parte Norte de la arista para evitar cualquier caída de piedras a una zona donde podrían haber escaladores, y ser tremendamente respetuosos con la montaña y quienes la visitaban aquella mañana. Nada nuevo, pero hay días en los que todavía tomas más conciencia. También quedamos en reagruparnos cada poco tiempo.
Así pues, con el nervio típico de lo inédito, y con un bajadón tremendo por delante, empezó el desfile. Verdaderamente nos gustó muchísimo este tramo, más asequible de lo que uno mismo piensa cuando lo portea, y con un par de Zs muy buenas, de esas de musitar un uyuyuyyyyy entre los primeros que llegan abajo y miran a los que faltan.
Ufff, muy guapo. Al bueno del Zambu lo despedimos, pues él decide seguir con el grupo de vascos hacia el refugio por donde habíamos subido. Nos comenta que la visión de vernos bajar fue espectacular, ¡¡¡qué pena no haberla podido hacer con nosotros!!!
Seguimos por la parte de sendero menos abrupto y con pasos chulos de los de ir metiendo rueda. Otro enlace disfrutón, hasta llegar a la bifurcación del track. La cosa pintaba de maravilla, y a ratos incluso se había despejado el tiempo un poco.
Pero al parar y tratar de ver el enlace al Collado del Petrexema la cosa da un giro repentino mientras suena un sonoro crack!. Juanako acababa de partir el tornillo que une la tijapija al sillín, y las nubes vienen de visita, y parece que a quedarse.
Por suerte Josele tiene un recambio que le vale a Juan, pero yo me pongo como en un paritorio, así que decido separarme un poco del grupo y pensar fríamente. De pie, mirando al Collado se veían un par de senderos entre un caos calizo, uno de los dos era el bueno. A pesar de llevar el track en el iphone de Jose, a éste le empieza a pasar factura tanta visualización y va perdiendo batería. Pero el problema principal lo veo en que me huelen unos 45 minutos o más al Collado, y lo que es peor, se nos adelanta la posibilidad de tormeta pirenaica, que era justo lo que decían los partes para la tarde. Zambullo sin potencia, con lo que habría que solucionar el tema antes de llegar al caserío de Aretxabaleta... creo que demasiadas incertidumbres en el aire como para jugar a arriesgarnos, y con dos casi barbacoas montañeras el año pasado en Serrella y el Collado del Santo tuvimos bastante, así que planteo al grupo la opción de la retirada, bajando por donde habíamos subido, y pensando para mis adentros que ojalá todos dijesen que sí.
Realmente no sé si di muchas opciones, pero sí es verdad que fue una decisión dura y que dolió. Personalmente tenía una ilusión enorme por esta ruta tal cual la llevamos planificada, pero no me apetecía nada sentir el miedo de otras ocasiones cayendo los rayos al lado de nosotros.
La gente como siempre se portó de lujo, y a la que nos dimos cuenta íbamos sendero abajo por el Collau de Linza, enlazamos los tramos pedregosos, casi nos fostiamos con los rebordes del sendero en las zonas lisas y alcanzamos a Zambu. Destacable la parte de la bajada más rocosa, que hizo las delicias de todos, y horquilla de oro para Josele, por fumarse un escalón de no-sé-cuántos-cms con un soberano tirón de manillar. Praderíos finales y... Linza!!!
Llegar abajo creo que nos produjo una sensación rara. La bajada nos gustó mucho, pero sabiendo que había prevista una antológica... pues eso. En cualquier caso, el Petretxema nos triunfó, lo respetamos y nos respetó, y aunque en la comida vimos que quizá el tiempo nos habría aguantado, supimos que lo que primaba era disfrutar de esa montaña, y arreglar la bici del Zam, que estuvo gigante.
Petretxema, subimos y nos gustaste, a la que se pueda estaremos de nuevo ahí para rondarte.
Al rato, se oyen ya murmullos y movimiento de mochilas al otro lado de la puerta, y tras otear desde una litera superior el habitáculo, veo un panorama dantesco, así que decido asomarme a la buhardilla entreabierta: nublado, viento fresco y calma tensa fuera. Pues habrá que salir!
Salimos de Linza, a exactos 1340 mts sobre el lejano mar, entre aplausos y gritos de ánimo de los amables guardas de este estupendo refugio. Increíble. Ya ayer noche la gente alucinaba bellotas con nuestras pretensiones, acojonando y engordando el ego a partes iguales a todos y cada uno de los seis roteros en filas esta ocasión.
De Linza salimos a tope, con un sendero empinadísimo y un desgraciado incidente que condicionó la ruta. Apenas a 200 mts del refugio, un crujido en la bici de Zam le deja en fuera de juego en forma de potencia petada, justo uno de los pocos componentes sin recambio en la furgo.
El cielo parecía más gris si cabe, y las caras se nos quedaron de muestra. No podía empezar peor el juego. Viendo cómo se bajaba de la marcha pese a animarlo a seguir andando, fue lo peor del viaje. El caso es que después de todo, veníamos a mirarle directamente a los ojos al Petretxema, y aún ni siquiera se intuía su mirada, así que reemprendimos la marcheta.
Esta cima pirenaica, se cruzó en nuestro camino gracias al ímpetu de un puñado de buenos ciclomontañeros vascos y navarros, y desde su visión en tres o cuatro blogs del gremio, nos atrapó para siempre.
Avanzamos dejando atrás el Maz de Aragón, que también es el Txamantxoia navarro, entre praderíos. La humedad hace el ambiente un poco agobiante, y a ratos ciclamos, a ratos empujamos. El devenir de montañeros empieza a ser evidente. Bien hicimos en hacer caso a Mikel y planear la ruta entre semana, por aquello de intentar no encontrarnos mucha muchedumbre que le quite ambiente a la historia, y no generarnos tampoco rechazo molestando en exceso a la multitud.
La Paquiza de Linzola se nos aparece de golpe al bordear la Loma de Sobrante, ante cientos de ovejas que bajan hacia el fondo del Barranco del Petretxema. Jodo, no podemos parar de hacer fotos a esta pedazo postal pirenaica!!! Casi ni se habla, de la flipamenta que llevamos, cuando alguien en una de las paradas parece atisbar la silueta de... ¿¿¿Frodo Bolsón???, ¿¿¿ZamzagaZ??? Abrazos, alegría al ver que se lo pensó mejor, palmaditas en la espalda, y buena cara pese a todo.
Reemprendemos la marcha de nuevo en sexteto y todos andando. ¿Por solidaridad con el afectado? aaahhhh no, que no podéis más, cacho mamones!!. Alguno dirá a posteriori que quien más y quien menos rodó montado apenas un 30% de la subida, pero servidor, que estuvo tooooda la rotada guardando la retaguardia por si aparecía de repente Camille, le calculo a los más pelotudos, entre un 50 y un 62,342323% dando pedales hasta el siguiente altozano una vez pasado el Collado de Linza. Mi porcentaje mejor no lo pongo. Así pues, y con total sinceridad gremial, olé los potroak del personal que se fuma esta subida casi todo montado. Nosotros, NO pudimos.
En este punto, justo al Sur de la Paquiza de Linzola salvamos un fuerte escalón en el sendero que en apenas 500 ó 600 metros lineales nos eleva 200 metros de desnivel. Las marcas del GR no conducen a engaño, pero el porteo hace que por un instante nos detengamos, animados por los rayos del sol que por primera vez en toda la mañana, salen entre las nubes creando instantes inolvidables, con un contraste tremendo entre el gris calizo de los picos y las nubes bajas, y un verde intenso reforzado por el sol a tramos.
Desde hace un rato Juan pide insistentemente revisar el rumbo, dado que el track parece circular por el fondo del barranco. Miramos y es verdad, pero un par de veteranos senderistas nos aseguran que la subida tradicional es esta donde estamos y que el Petretxema es... el pico que está a nuestra espalda!! Se van, y flipamos con la visión. Simplemente.
De todas formas, y con tal de no seguir oyendo al bueno del Juanako, le comento que la subida que se ve ahí abajo es también galopante, y que si eso, a la vuelta podemos entroncar con un senderito que desde el refugio-vivac del Petretxema se ve, y que tira prado abajo en plan pelea de Bud Spencer en un bareto de los 70, esto es, a lo bestia.
Lo bueno del porteo y de ir detrás del todo, es que las instantáneas que vas sacando son buenas, y el sufrimiento y la petación del momento se transformarán casi seguro en casa, en fotaca para el recuerdo que servirá de cohartada para la batallita de abuelo cebolleta con la que amenizarás las Nochebuenas a tus nietos. Si es que salimos de esta, claro.
Un sube y baja conduce a un tramo corto pero algo angosto por roca caliza, y detrás del paso, una subida tendida sobre hierba, con varios senderos paralelos a modo de surco, resultado del paso del ganado (no rotero) y que es toda una constante no solo en esta zona, sino en las zonas subalpinas de casi todo el Pirineo. Lo cierto es que muchas veces acabas saliendo del sendero y apurando pedales por el prado, que costar, cuesta un rato.
Casi sin darnos cuenta, y entre ánimos de montañeros que nos van adelantando, alcanzamos el Collau de Linza, a 1900 mts de altitud, y donde el panorama se abre hacia el caos kárstico de Larra, y el cordal compuesto por los picos Ukerdi, Budogia y la tremenda mole del Hiru Erregeen Mahaia, o lo que es lo mismo: la Mesa de los Tres Reyes, que une la grande France, el reino de Aragorn, y el de Navarra. Y como uno es navarro, aunque no de empadronamiento sí de primer apellido, ver aquello me tocó descomunalmente la fibra sensible.
Apenas hablo un poco con un senderista barcelonés que se declara también ciclista, y que me asegura tener sana envidia de vernos por allí, y traaaato de salir todo lo rápido que puedo detrás de la manada de ñús con camisetola rotera, que ya enfila los últimos contrafuertes ciclables antes de la arista cimera final.
Un francés majete nos hizo un par de fotos de los
seis saxofonistas en pleno Collado de Linza.
La enfilada final directa en busca del Petretxema,
con la Mesa de los Tres Reyes como testigo.
seis saxofonistas en pleno Collado de Linza.
La enfilada final directa en busca del Petretxema,
con la Mesa de los Tres Reyes como testigo.
Un rato de paradiña en un tramo más empinado de la dorsal, y mientras el cielo se vuelve a abrir un poquillo damos repaso a las barritas del carreful y llamamos al palomar brevemente. Bueno, lo de breve cuando se trata de llamar al palomar es algo que no cabe dentro del vocabulario de alguno, que más bien nos lo dejamos allí un buen rato mientras empezábamos quizá lo más serio de la jornada: el ascenso final.
Pues sí chico, a estas alturas el espíritu se nos abre en canal al unirse Lorenzo en forma de calorcete y buen rollo al tema. Sureños que somos. Y mientras cada uno a su bola le imprime el giro final al pedrusco este descomunal que llaman Petrachema en Ansó y Petretxema en euskera, ganamos metros con los biciclos en hombros y chepas, no sea que gastemos mucho taco, tan vital para la bajada.
Jose, Gotxo y Chopi, en una imagen que habla de lo ilimitado de este deporte, y de la grandeza de la montaña.
En un tramo cerrado, con un sendero y un entorno que a mi me recordó a las alturas de nuestra querida Serrella, caigo en la cuenta que estamos en la horquilla que nos debería conducir al pico. Yhalapués! en un balconcito donde ya se nota el viento que entraba desde la France, y con montañeros por delante y detrás, se nos aparece de la nada el Super Palomo, sin saliva de tanto hablar por teléfono... pero con ganas de petarnos en la arista.
A todo esto el amigo de Frodo no veas tú cómo corría no, lo siguiente por entre los piedros. Jodo, cómo se nota que este no lleva bici. No será porque no se la hemos ofrecido todos y no la ha querido el mal bicho... me da a mi en la nariz que este nos planta la R rotera arriba y se hincha a hacernos fotancias de frente, con lo que nos tocará esconder barriga... en pleno porteo final. Ainsss cabroncete...
Pim pam, pim pam. La virgen qué patio tiene esto a este lado. Juanito no te me arrimes, que tienes que conducir la furgo de vuelta al terruño. Majos, muy majos este grupeto de senderistas vascos. Como todos los que nos hemos cruzado hoy, vaya. Pero con estos hago más miga. Pues nada a ver... esta loma... no es!, jodo, seguro que en el siguiente espinazo ya veo al ZamzagaZ con el flash encendido. Pues toma, este tampoco. La firgen que ya me empieza a pesar el hierrajo este, y la nieblaaaa, uy la nieblaaaaa. A ver si ahora detrás del picacho este. Chooopiiii, ¿se ve el pico o qué?. Pa qué preguntaré yo nada. De dónde venís me has dicho, ahhh, de Vizcaya, bonita tierra y grandísimo equipo el de la capital, nosotros de Alicante. Sí eh?, con lo bien que estaríamos en la playa ahora mismo y mira... bueno a ver ahoraa.... jodo!!! síiiiii!!! la cimaaaaaaa!!! vinga va!, barriga p'adentro, cara de jodido pero contento y ahí-va-la-hostia qué panorama!!!
BRUTAL. Sensación de pico total. Si no fuera por el relativo gentío, te diría que me empadronaba allí, y ahora mismo.
Después de salir a las 8,30, y llegar arriba a las 11,15 h., atrás quedaron las dudas sobre si sería más o menos duro, si podríamos o no, si las condiciones nos serían propicias, las averías... en fin, las miles de dudas típicas que asaltan a cualquier biciclista de montaña antes de algo gordo. Acordarnos nos acordamos mucho de toda la tropa que no pudo hacer este viaje, pero permitidnos que nos sinceremos al decir que el nombre de "Pepako" estuvo en boca de todos con semejante subidita. De las que llevan su nombre escrito.
La calma de la cima no es perfecta al haber unas 15 ó 20 personas pululando por sus aledaños, pero el buen ambiente entre todos los que disfrutamos de la montaña era buenísimo, y ver in situ los picos circundantes, con la Mesa, el Budogia, las montañas de Lhurs, adivinar el Valle de Roncal entre las nubes, y ver el murallón compuesto por el Mallo Acherito y el Chinebral fue un espectáculo. La pena era la falta de visión hacia el Pirineo Central, y el Midi, o no lo vimos o no supimos verlo, ya que las nubes empezaban a hacerse fuertes a medida que se agigantaban desde el fondo de los valles, y el frente que se había previsto hacia la tarde, parecía querer adelantarse.
Empecé a mosquearme con el tiempo (el atmosférico y el del relojero), almenos eso le dije al Gotxo, así que mientras dábamos buena cuenta del bocata que nos preparó Santi en el refugio, se nos planteó la duda de si tomar el sendero empinadísimo que desde la cumbre baja directamente al Collado del Petretxema (lugar en el que supuestamente pasaríamos en un rato, para seguir por la bajada de las Foyas del Ingeniero), pero pensamos que tomar ese sendero era poco ciclable, había mucho montañero y el terreno se iba a ver castigado por nuestro paso. Además, nos dejábamos la parte de la cresta del Petretxema, que pintaba bestial, con pasos expuestos y mucha piedra suelta.
Decidimos por unanimidad bajar por donde se tenía previsto inicialmente. Nos hicimos la foto de rigor, nos enfundamos las protes, nos abrigamos y nos repartimos suerte. Como premisa se dejó bien claro no ciclar hacia la parte Norte de la arista para evitar cualquier caída de piedras a una zona donde podrían haber escaladores, y ser tremendamente respetuosos con la montaña y quienes la visitaban aquella mañana. Nada nuevo, pero hay días en los que todavía tomas más conciencia. También quedamos en reagruparnos cada poco tiempo.
Así pues, con el nervio típico de lo inédito, y con un bajadón tremendo por delante, empezó el desfile. Verdaderamente nos gustó muchísimo este tramo, más asequible de lo que uno mismo piensa cuando lo portea, y con un par de Zs muy buenas, de esas de musitar un uyuyuyyyyy entre los primeros que llegan abajo y miran a los que faltan.
Ufff, muy guapo. Al bueno del Zambu lo despedimos, pues él decide seguir con el grupo de vascos hacia el refugio por donde habíamos subido. Nos comenta que la visión de vernos bajar fue espectacular, ¡¡¡qué pena no haberla podido hacer con nosotros!!!
Seguimos por la parte de sendero menos abrupto y con pasos chulos de los de ir metiendo rueda. Otro enlace disfrutón, hasta llegar a la bifurcación del track. La cosa pintaba de maravilla, y a ratos incluso se había despejado el tiempo un poco.
Pero al parar y tratar de ver el enlace al Collado del Petrexema la cosa da un giro repentino mientras suena un sonoro crack!. Juanako acababa de partir el tornillo que une la tijapija al sillín, y las nubes vienen de visita, y parece que a quedarse.
Por suerte Josele tiene un recambio que le vale a Juan, pero yo me pongo como en un paritorio, así que decido separarme un poco del grupo y pensar fríamente. De pie, mirando al Collado se veían un par de senderos entre un caos calizo, uno de los dos era el bueno. A pesar de llevar el track en el iphone de Jose, a éste le empieza a pasar factura tanta visualización y va perdiendo batería. Pero el problema principal lo veo en que me huelen unos 45 minutos o más al Collado, y lo que es peor, se nos adelanta la posibilidad de tormeta pirenaica, que era justo lo que decían los partes para la tarde. Zambullo sin potencia, con lo que habría que solucionar el tema antes de llegar al caserío de Aretxabaleta... creo que demasiadas incertidumbres en el aire como para jugar a arriesgarnos, y con dos casi barbacoas montañeras el año pasado en Serrella y el Collado del Santo tuvimos bastante, así que planteo al grupo la opción de la retirada, bajando por donde habíamos subido, y pensando para mis adentros que ojalá todos dijesen que sí.
Realmente no sé si di muchas opciones, pero sí es verdad que fue una decisión dura y que dolió. Personalmente tenía una ilusión enorme por esta ruta tal cual la llevamos planificada, pero no me apetecía nada sentir el miedo de otras ocasiones cayendo los rayos al lado de nosotros.
La gente como siempre se portó de lujo, y a la que nos dimos cuenta íbamos sendero abajo por el Collau de Linza, enlazamos los tramos pedregosos, casi nos fostiamos con los rebordes del sendero en las zonas lisas y alcanzamos a Zambu. Destacable la parte de la bajada más rocosa, que hizo las delicias de todos, y horquilla de oro para Josele, por fumarse un escalón de no-sé-cuántos-cms con un soberano tirón de manillar. Praderíos finales y... Linza!!!
Llegar abajo creo que nos produjo una sensación rara. La bajada nos gustó mucho, pero sabiendo que había prevista una antológica... pues eso. En cualquier caso, el Petretxema nos triunfó, lo respetamos y nos respetó, y aunque en la comida vimos que quizá el tiempo nos habría aguantado, supimos que lo que primaba era disfrutar de esa montaña, y arreglar la bici del Zam, que estuvo gigante.
Petretxema, subimos y nos gustaste, a la que se pueda estaremos de nuevo ahí para rondarte.
Mas, mas, mas.....
ResponderEliminarA ver quién es el chulo que se a a dormir ahora.
ResponderEliminarPrimo: Te cride i me la llitges de carrereta, manquesiga per teléfono, que si no no pegue ull esperant a demà, perlah !!!!!!
Vistas las respuestas, ya si eso mañana la leo, que si no me voy a quedar con las ganas.
ResponderEliminarA la mañana lo leo.
Pos sí, pos da ganas de más. Sabe a poquico, secreZ. Tífali mecha!!
ResponderEliminarGrande Secre, como siempre!!!
ResponderEliminarGracias Josele, por arreglar el estropicio. En tener más huecos sigo.
ResponderEliminarMientras sea por una buena causa como ésta, lo haré encantado, cosí. ;)
ResponderEliminarTe está quedando una crónica de lujo.
Buenisima cronica!!!, "palomero" :P
ResponderEliminarjajaja.
ResponderEliminarCerebelo que le haya gustado Sr Juanes.
AGGGGGGHHHHH, LA VOLVÍ A CAGAR PONIENDO LOS PIES DE FOTO!!!!
ResponderEliminarLo siento!!!!!!!!!
Por cierto Jose y Zam, no he puesto fotos vuestras porque ya bastante me costaba montarla con las mías desde mis documentos, la entrada está abierta para colagar vuestras!!!
Curioso:
ResponderEliminarhttp://aiguillesdansabere.free.fr/html/Recits/VTT/Subida%20al%20Petrechema%20en%20bici%20de%20montana.pdf
http://www.flickr.com/photos/bernatigisele/
Muchas zenkius Jose.
ResponderEliminarQué buena crónica, y qué grande grandísimo el Petretxema.
ResponderEliminarLo cierto es que por una parte me entristece no haberle sacado el jugo a esa ruta haciéndola como se tenía prevista, pero por otro lado me alegra habernos dejado "deberes" por hacer, pues así tenemos una excusa para volver.
Si que es curioso..... Y con bici de "arrally".....
ResponderEliminarChapeau!!!
ResponderEliminarToda la razón, cosí.
ResponderEliminarPacolo, ¡qué poco queda para una buena juntaeta!
je, je, así es Secre (ahora si)
ResponderEliminar;-)
pedazo de cronica y pedazo de experiencia. Para estas cosas sí que no me importa portear
ResponderEliminara ver si a la proxima me puedo apuntar
jeje, seguro que te gustaba JF.
ResponderEliminarUna cosa, hay un fallo en la entrada y para leerla por orden y entera hay que pinchar en "leer más sobre esta rotada"
Un fallo??
ResponderEliminarDónde está el fallo??
yo la he leido pinchando en leer más sobre... o sea que bien
ResponderEliminarJodo, pues juraría que esta mañana a mi me salía rara.
ResponderEliminarMeloharéver.
Ahora la he podido ver entera... gran relato Secre. Nos vemos el sabado!
ResponderEliminarSalu2