ESCUCHANDO AL BOSQUE.
Con dificultad ganamos metros a través de un frondoso hayedo, nutrido de los tejos más grandes que jamás hayan visto nuestros ojos. Muchos años después volvíamos a surcar estos espinazos, recordando que cuando éramos niños, nos prometíamos a nosotros mismos volver “cuando seamos mayores”. Verdaderamente, ni en el mejor de los sueños contábamos con poder repetir en una ocasión como la que nos encontrábamos ahora.
Sin embargo, en esos momentos la cosa no pintaba bien. Ya en el almuerzo, a malas tuvo que volverse un veterano curtido en mil batallas, sucumbido a las vertiginosas laderas de esta sierra dura, llamada por nombre Ferrera. Conforme avanzamos y ganábamos altura, el aire se tornaba misteriosamente húmedo, pesado incluso, mezcla del fragor del bosque y del ambiente montano que presagiaba pronto combate contra los elementos meteorológicos. Los perdí del todo y allí me quedé, sudando por cada poro de la piel. La sonrisa de quien se cree vencido a merced del destino apareció de repente, sabiendo que aunque estábamos a muchos kms de casa y la cosa no estaba para echar cohetes, teníamos la suerte de estar en un sitio mágico.
La autoestima hacía ya rato que la había abandonado en cualquier recodo del camino, cuando me encontré, exhaustos, a los dos compinches. Uno había alentado al otro hasta ese momento, tocado moralmente a causa de un problema físico. Y tras la marcha del primero, me quedó a mi la difícil labor de levantar el ánimo del compadre tocado, intentando levantar también el mío propio. Para tratar de hacerle razonar que pese a su bajonazo mental, no era el peor del mundo mundial, le comenté que yo ya había dejado de dar pedales desde hacía un rato, y ahora solo escuchaba mis propios pasos y las voces del bosque.
Le invité a escucharlas sin necesidad de decírselo con palabras, y entendimos enseguida que esas voces eran las mismas que oímos de pequeños, muy cerca de ese mismo bosque. Y de tal manera sonaban, que juntos alcanzamos absortos el Collado de Cullivert arrastrándonos como podíamos, pero con mejores humos que antes y la sensación de haber sentido lo que a veces cuesta captar cuando las pulsaciones se aceleran.
Después, el aire se volvió más enérgico, el cielo se cerró por completo, amenazando con desplomarse, surgió la duda de si seguir o buscar refugio… y escapamos de allí como pudimos. Por delante, el reto de cambiar de ladera por un collado a 300 mts de nuestras cabezas, con una ciclabilidad más nula que una rueda sin eje, y amenazando tormenta.
Pero esto, ya forma parte de otra historia.
Sin embargo, en esos momentos la cosa no pintaba bien. Ya en el almuerzo, a malas tuvo que volverse un veterano curtido en mil batallas, sucumbido a las vertiginosas laderas de esta sierra dura, llamada por nombre Ferrera. Conforme avanzamos y ganábamos altura, el aire se tornaba misteriosamente húmedo, pesado incluso, mezcla del fragor del bosque y del ambiente montano que presagiaba pronto combate contra los elementos meteorológicos. Los perdí del todo y allí me quedé, sudando por cada poro de la piel. La sonrisa de quien se cree vencido a merced del destino apareció de repente, sabiendo que aunque estábamos a muchos kms de casa y la cosa no estaba para echar cohetes, teníamos la suerte de estar en un sitio mágico.
La autoestima hacía ya rato que la había abandonado en cualquier recodo del camino, cuando me encontré, exhaustos, a los dos compinches. Uno había alentado al otro hasta ese momento, tocado moralmente a causa de un problema físico. Y tras la marcha del primero, me quedó a mi la difícil labor de levantar el ánimo del compadre tocado, intentando levantar también el mío propio. Para tratar de hacerle razonar que pese a su bajonazo mental, no era el peor del mundo mundial, le comenté que yo ya había dejado de dar pedales desde hacía un rato, y ahora solo escuchaba mis propios pasos y las voces del bosque.
Le invité a escucharlas sin necesidad de decírselo con palabras, y entendimos enseguida que esas voces eran las mismas que oímos de pequeños, muy cerca de ese mismo bosque. Y de tal manera sonaban, que juntos alcanzamos absortos el Collado de Cullivert arrastrándonos como podíamos, pero con mejores humos que antes y la sensación de haber sentido lo que a veces cuesta captar cuando las pulsaciones se aceleran.
Después, el aire se volvió más enérgico, el cielo se cerró por completo, amenazando con desplomarse, surgió la duda de si seguir o buscar refugio… y escapamos de allí como pudimos. Por delante, el reto de cambiar de ladera por un collado a 300 mts de nuestras cabezas, con una ciclabilidad más nula que una rueda sin eje, y amenazando tormenta.
Pero esto, ya forma parte de otra historia.
Qué grandísima razón tienen esos párrafos, secre. Cumpliste esa labor a pedir de boca: de verlo todo negro como el hollín a disfrutar del bosque a nuestra manera, a la manera rotera.
ResponderEliminarGrande!
Bueno, tampoco es eso. La divagación no iba en plan "he hecho los deberes", sino que se me quedaron grabados esos momentos.
ResponderEliminarDe hecho, si no hubiese hecho el final de la subida contigo, aún me estaríais esperando allá arriba. Me quedé tieso como un palo de escoba al poco de salir del pueblo de Viu.
Lo que sí vi, es que íbamos a estar poco tiempo en Pirineos, que andábamos jodios sí, pero que estábamos en PIRINEOS coño!!! jeje, por ahí iban los tiros.
Lo cierto es que como dijo Zam, aguantaste sin una sola queja hasta arriba muy tocado. Yo no sé si lo hubiese conseguido.
Y Oct igual, sacrificarse endiñándose una vuelta de más de 40 kms agsfálticos sin pedir en ningún momento que alguien se volviese con él deshaciendo el camino rodado, es algo que solo lo hacen los buenos.
No me hagáis mucho caso, estoy tó puesto de antibióticos.
La entrada estaba escrita, y ya era hora de colgarla, quería poner tu foto montado por el hayedo, pero no podía, gracias por editarla. ;)
Me hubiese gustado sacar tiempo para hacer una crónica del viaje, pero empezaron a salirme divagaciones cortas de momentos concretos. No hay más.
Venga, a currar! :P
Impresionante relato nen...
ResponderEliminarLo reenvio a los alcoianos con tu permiso ;-)
En cualquier caso, este relato queda como un flash, que te desconcierta o te regociga, según cómo, cuando y quien lo lea.
ResponderEliminarBuenos efluvios, sip.
Sr. boticari, a ver si me pasas de esos antibióticos!!! muy grande tron, qué bien lo pasamos leñe!!
ResponderEliminarSip,ya me hubiera gustao estar alli,aunk fuera to petao...
ResponderEliminarAlguien tiene ganas (y puede )ilegalizar mañana?
Yo tengo ganas.
ResponderEliminarPero no puedo.
:(
Imposibol para mí.
ResponderEliminarContacta con Osc y con los Devesa Brothers, Gotxo.
Si esto sigue meneándose a este nivel, vendemos las bicis y nos agenciamos una caña y una bota y a patear al monte.... vaya amoñigamenta generalix....
ResponderEliminarTens tota la raó, filletes.
ResponderEliminarDi que sí Pepe, dentro de poco solo habrán convocatorias
ResponderEliminarNo nos damos cuenta, pero la poca participación de la Penya va a provocar la segunda desaparición rotera de las sendas.
ResponderEliminarLo cierto es que uno se cansa de oír solo eco, ¿verdad?
Qué, nos vamos a jugar a tanganilla al Dia este sábado? juas juas
Fotre, qué apocalíptico te veo esta noche, secre...
ResponderEliminarEsto se hunde!
ResponderEliminarPintan bastos!
Yo me voy antes!
ResponderEliminarAquí no se va ni el tato.
ResponderEliminarHay espías rusos que han divisado lorzas roteras huyendo bajo la lluvia (luego dicen que si llueve no rotan, juas, juas).
Están locos estos romanos....
A LAS TRINCHERAS, NNNNNNÑÑÑÑÑÑO !!!!!
Juan: deja de asomar el hocico en modo Mute y pronúnciate, dí algo leñe, que sabemos que estás ahí.
ResponderEliminarme parece que la penya está intentando escuchar el bosque.
ResponderEliminarjojojoj
ResponderEliminarMenuda gentuza, todos saben que los árboles NO HABLAN!!!
Venga nenes, decid algo coño, que esto está muy parao. Todo el mundo entra y nadie dice nada, todo se deja para el final, etc
Eso de que no hablan lo dirás tú... Qué no has visto el señor de los anillos, so joío?
ResponderEliminarPfjuas!
Nop, qué es? una especie de versión de "Air Bag"?
ResponderEliminar"Tú tenías toda la rasooonnn....
ResponderEliminar...No te hisssse cassso..."
jjjjj qué grande filme!
ResponderEliminar"yyyy me dueeeleeee la cabechaaaa"
Viernes ya, la emoción me invade.
ResponderEliminar¿Habrá videoconvocatoria ? ¿colombocombocatoria? ¿quizás saldrá la hora y lugar en la tapa de un danone? ¿al final del bote de gazpacho andalúz?
Estoy en vilo....
entonces mañana que hay pensado?, hacer la ruta que se quedó a medias por la avería de jag?
ResponderEliminarPara cuándo la excursión a territorio Pacolez?
ResponderEliminarQué plato pongo?
ResponderEliminarEn qué gazpacho sale la convocatoria? en el Alvalle o en el Hacendado?
Mira que lo sabía que ibas a poner la "frase", jejeje
ResponderEliminarAquí nos conosemos ya tos.
ResponderEliminarPor cierto, me ha parecido ver la convocatoria dentro del envase del bollicao.
La cuelgo?
Acabo de terminarme el último OCB, y en "la pega", nomás lamerlo me sale un texto que dice: "Por la presente se convoca a todo rotero a instarse en ......."
ResponderEliminarExpectacularix.
De un pino Josh. Son muy ocurrente Zam.
ResponderEliminarVoy p'allá, Josele si eso ponla guapa con un fotamen fale perla?
juas juas mu bueno PepZ.
ResponderEliminarYo me quedé sin OCB hace dos semanas, arreglando un parche mal ponío. :P
Pepe, yo no se ni si rotare aun, ya que igual tengo lio este fin de semana. Asi es que poco puedo decir.
ResponderEliminarFerpecto, Juanaldrinho.
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