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lunes, 20 de febrero de 2017

Y AL SÉPTIMO DÍA... DIOS CREÓ EL ENDURO



No quisiera precipuciarme demasiado, quizá no debiera o debiese (mi profe de Lengua jamás hubiese creído que 25 años después recordaría las dos formas del pretérito imperfecto de subjuntivo) haberle dado al teclado, pero qué narices... 

Al pan cuando no es pan se le llama bromballa. Al montanbai cuando no es montanbai se le llama enduro, y nos quedamos tan panchos.

Joder, qué tiempos aquellos en los que a nadie nos identificaba la palabra, cuando todos renegábamos del mote. Éramos como los Eskorbuto escupiendo sobre la etiqueta del RRV, como los verdes que alaban el ciclismo urbano y en redes sociales estigmatizan las bicis de monte.

Éramos. Así, puesto al verbo, en pasado. Imperfecto. Porque ese pasado cercano fue imperfecto.

Y es que el mundo se volvió loco. Nos sumimos en una crisis, otra palabra desdeñada, como el enduro, que nadie quería decir pero que oías miles de veces al cabo del día.

Y luego llegó el mañana, así despacito, como dándote un bofetón a dos manos, zas, zas. Y el enduro, ese mote maldito, eso que to dios preguntaba qué era, se nos metió en la vena. Sí, como a los 80 el caballo.

Al tema llegaron aquellos que antes nos dejaban flipando con sartus de tres metros, aquellos para los que el pedal era solamente un punto de apoyo, aquellos que no entendíamos su jerga en ciberincones de extrarradio. Y se pusieron las pilas. Con cierto aroma a gimnasio para algunos, con un regusto a bebida energética para otros, y con un vestuario más propio de una pista de reggaeton para todos, el caso es que empezaron a llegar a puntos en los que antes solamente se juntaban las cabras con los cabrones. 

Con todo, llegó el pensamiento único: la velocidad. Como en la play station claro. Bajar a tope. Gas que dicen. Gas, tócate los huevos. Y por supuesto el King Of Mountain, el putoamismo a este lado de la montaña. Hoy es necesario llevar 65,5º delante para alcanzar el flow, nada menos, el flow, palabro propuesto por un tío italiano con nombre croata que te indica un estado mental brutal, no un sendero liso.

Y a la velocidad claro, se le unió la 3ª Guerra Mundial, la de los tamaños de rueda, para acabar de dividir, desprestigiar y ahondar en las miserias de los foros y sus foreros, esos sitios hoy arrasados por el compra y vende, por el encefalograma plano propiciado por las máscaras, los integrales y el marquismo por encima de todo.

El enduro señores, eso que no quisimos tomar como ejemplo una generación chorra de ciclistas de montaña que pululamos aquí y allá, erráticos perdidos, sin vernos representados en ningún rincón de internet, y que tan sólo nos hayamos metidos en hábitat cuando subimos alto, muy alto, para luego bajar claro, pero no sin antes alucinar bellotas con las vistas tratando de adivinar siluetas verticales, imaginando nuevos sueños, y por supuesto, sin darle gas a nada y sin temblarnos el pulso al final del sendero ávidos perdidos por ver una mierdecilla de pantalla de móvil que nos dará el todo o la nada, en una especie de summum del egocentrismo absoluto llevado al monte, donde en realidad, todo lo que no sea verde o lleve cuernos sobra.

Pues eso, que quizá no debiera o debiese haberle dado al teclado, pero qué narices... 


7 comentarios:

  1. Muy bueno Vicente, pero creo que el ordenador te hace mucho daño.jajaja

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  2. ¿Dónde vamos el domingo?

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  3. Pues menos mal que le has dado al teclado, primo, porque has metido en el blog otra P*TA OBRA MAESTRA de la divaganda, otra carga explosiva con nuestra forma de ver la burricleta.

    RIBA RIBA SEMPRE!!

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  4. Brutal secre, da ganas de ponerse a conjugar verbos a saco!! Cuanta falta nos hace rotar y este rinconcito.

    RIBA RIBA!!!

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  5. Vicente vamos donde tu quieras, soy todo tuyo.

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