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lunes, 1 de agosto de 2016

POR UN PUÑADO DE ROCAS

Un puñado de bicis y una cima altiva es lo único que hace falta para venirse arriba. Y si no, que se lo cuenten a los 5 vividores que el 26 de julio se plantaron en la base del gigante pétreo del Sur alicantino: el Maigmó.

Tras los reencuentros iniciales iniciaron la marcha acercándose poco a poco, hacia el corazón boscoso de la montaña. Esta vez se echó en falta alguna tormenta previa, pero poco hay que quejarse ante una subida como ésta, que combina camino y sendero peleón hasta el Balcón de Alicante, que a esas horas, ya se veía envuelto en esa atmósfera veraniega tan peculiar y tan poco imaginada por las hordas turísticas que se asfixian en la línea de costa, apenas unos kilómetros más abajo.




Viento de levante, marino, húmedo y fresco, ideal para someterse a un porteo de los que se apegan las suelas. A pesar de todo, el ambiente que otorga este pico y el ir adquiriendo vistas realmente espectaculares, unidas a las risas de la grupeta, que a esas alturas ya arroja la venerable cifra de 4'5 paridas por minuto, hicieron que al emprender la diagonal estética y fotogénica antes del casco rocoso cimero, la sensación de cansancio fuera muy asumible.


Alguna trepadilla final de las de pasarse la bici dio paso finalmente a la cima. Noble, caliza, enhiesta e imperturbable cima. El saltillo final con patio a ambos lados, volvió a erizar las cejas de quien este año se estrenaba en el bucle, mas no impidió culminar la fabulosa visión a los 4 puntos cardinales de la Terreta, en unos 360º memorables con el atardecer en marcha.


Los 20º graditos escasos, con el levante parecían incluso menos, y eso es algo que para nosotros, autóctonos con taparrabos y maillote ciclistamontañés, no te tienen que contar, sino que tienes que sentir a finales de julio por ti mismo.

Con el sol con prisa por esconderse allá en la frontera meseteña, emprendimos el camino de vuelta, que nadie diría que es el mismo de subida, pues el prisma cambia por completo, y lo que antes porteando parecía imposible... ahora también lo parece, pero no hay más opción que tirarle, o dejarte la badana restregada por el rocaje.


En este primer tramo, este año lanzamos tres hurras por aquellos que han adecentado el sendero de subida a la cima, plantándole cara a la erosión y a las trazadas multitudinarias, y estructurando una línea de disfrute y acongojamiento a partes iguales, que se deja hacer y mucho. Damos fe que el paso de las 5 bicis no incidieron negativamente en el sendero, demostrando con ello que somos un usuario más de la montaña.

De nuevo en el Balcón cambiamos vertiente, y nos dejamos llevar por la rapidez del senderazo final a través de uno de los más bellos bosques de pinar carrasco de toda la Montaña de Alicante, llegando abajo con tiempo suficiente y con el frescor de la tarde noche, que invitaban a dejarse seducir por las más suculentas carnes de ciervo, jabalí o conejo, regadas con una más que ganada cerveza, mientras enfrente la cúpula del Maigmó cierra sus ojos y descansa, alegre por habernos tenido de visita.

5 comentarios:

  1. Fantastica cronica de una fantastica jornada que queda fija en el calendario. Grande Vicente!

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  2. Glandisimooo, lo que viene siendo la clasica del verano.

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  3. Ciclomontañismo puro, el sol vespertino, la esencia de una gran cima, el colegueo, una bajada de las que te pone las pilas en cuanto a técnica al principio y luego rápida y divertida, y el colofón final de brindar por ello en torno a un buen mantel con viandas de la montaña.

    Qué más se puede pedir?

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  4. Grande Vicent, asi son las cosas y asi se las hemos contado... ��

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