<center>CALDERDALE OR VINALOPODALE OLD SCHOOL</center> : ..:: BLOG DE LA PENYA EL ROT ::..

jueves, 5 de mayo de 2016

CALDERDALE OR VINALOPODALE OLD SCHOOL



En los años en los que el pelotón rotero se hormonaba a base de poderosos cuadros de doble suspensión, con como mínimo 160 mm, en el Calderdale de Yorkshire se elucubraban prodigios que tarde o temprano, acabarían desembarcando en el Vinalopó.

Pero vayamos antes a las calizas mediterráneas, donde por aquel entonces, andábamos con descubrimientos míticos como el Morro Gros o la Cara Sur del Sit, y experimentando por los cordales de Serrella, Aitana o Bèrnia. Lugares que ponían el listón bien alto, y nos hacían preguntarnos "¿qué será lo siguiente?, ¿dónde está el límite?".

En aquellos tiempos los roteros teníamos bien claro que para hacer aquel ciclismo de montaña se necesitaba una herramienta con garantías.

Al margen de los hidroformados y colores de turno, los ejes de 20 mm, los DHX, las 2 ply y el compuesto Supertacky, así como la eterna Gravity Dropper, fueron objetos de deseo y compra casi compulsiva en la Penya. Mucho se comentaba al filo de la navaja sobre si el librarse del talegazo, había sido gracias a la rigidez de la horquilla y el sofá milimetrado del cuadro, y no al talento del animalico que conducía la bici.

El caso es que gracias a estas bicicletas duras, y con generoso recorrido, podemos decir que aprendimos a quitarnos el miedo escénico del cuerpo, y que el espíritu se elevaba por entre cimas y collados, gracias también al subidón provocado por el chorro adrenalínico obtenido.

Todo eso debe ser más o menos cierto, o al menos así se medio recuerda en la materia gris rotera. Como también lo es que por aquel entonces, ya fluía por la escena endureta un rollo filosofal, que parecía que fuese a derivar en concepto de un momento a otro: el rigidismo endurero.

A ese rollo un buen puñado de rots ya lo empezamos a mirar con el rabillo del ojo, y a la sombra de dos grandes post, se forjó una nueva identidad, que no fue inmediata porque entonces nos creíamos mucho lo de la monogamia bicicletil, y la estrechez económica y la crianza, se dieron la mano.

Tuvo que ser alguien con amplitud de miras quien se plantase de lleno en les Penyes del Sol, con un artilugio que parecía no ir a ningún sitio, y que resultó ir a todas partes. Con la boca abierta nos quedamos al ver llegar al éxtasis a un Pepako que se gastaba el ciclismo de siempre, en las zonas que nunca nos atrevimos a buscar.

Sí, era posible. Ahí estaba el concepto.

Y al primero le siguió el segundo cuadro, y el tercero, cuarto... nuevo, de segunda pata, de un color, de otro... el rigismo endureta había llegado para quedarse a orillas del Vinalopó, y en seguida empezaron a caerle cafradas, de ésas que en este rincón del Mundo, se esconden para quien quiera encontrarlas.

La Mola pareció ser el eslabón perdido, la roca perfecta en la que medir la robustez de los aceros Reynolds 853 y los cromolys 4130, el desafío para bici y ciclista, el todo o la nada.

Aburridos del colchón hormonado, empezamos a ver cuánto de viciados estábamos a que fuese ella quien se lo tragase todo, sin nosotros apenas trabajar el músculo, y hubo que alfabetizar de nuevo cuerpo y mente para afrontar los retos que ya sabíamos posibles, gracias a los 160 traseros que nos habían eliminado el pavor mental.

Mente en equilibrio, toque de freno, mirar tres metros por delante nuestro, y a retorcerse con una sonrisa en la cara.

Mientras el concepto avanzaba entre nosotros, los barbudos del Yorkshire ya se habían convertido en la saga del Calderdale Old School. A ellos les debemos por tanto, que nos pusieran el metal mágico no suspensionado y la geo decente, a tiro de riñón en los escalones de nuestra comarca, que ya por siempre jamás, pasó a llamarse el Vinalopodale.

Ahora ya sabes porqué.

5 comentarios:

  1. Lo que viene siendo el Rigidismo llihapista, me dan ganas de bajar a cotxera e hinchar las ruedas de la Ramones :)

    ResponderEliminar
  2. Brutal divaganda de la evolución del rotero, si señor!

    Puretas powa!

    ResponderEliminar

Opina, habla, rota...