- Obsérvese la selecta y escogida dieta para alta competición -

Poco nos ha costado siempre liarnos la manta a la cabeza, cargar burras y tirar ande sea. Viajes con sus históricas rotadas que quedaron en su día grabadas a fuego tanto en el coco como en el corazón de quienes fueron son los motivos por los que evitamos caer en esa "monotonía" de rotar siempre en los mismos paisajes, en el Territorio Rotero. Sí, ese que tanto nos gusta, pero que agradece ese cambio de aires. Y es que, el otro día, ordenando el armario, aparecieron viejos recuerdos....

...Recuerdo esa "matiná" en las que, siendo aún de noche, bajabas la bici y la maleta, cargándola en la  flagoneta, y luego recogiendo al resto de la manada junto con la rot-baina. Entre pitos y flautas, sale el sol, y ya estamos todos con la logística al completo. Panach, punto de salida y primer chupinazo gastronómico en forma de bocatango del 15.

Carretera i manta. Charlas distendidas en los bugancios mientras de fondo se escucha a Kortatu, risotadas y miradas fugaces por las ventanillas, observando poco a poco el cambio de paisaje, dejando atrás nuestro Territorio Rotero. Paraeta "a pixá", un rato más de viaje y, finalmente, casi sin darnos cuenta, comenzamos a adentrarnos en las sinuosas curvas de la montaña donde ya se vislumbran esos calares, que nuestro secretario nos cuenta qué son y qué hacen.

....Y lo que viene después, una vez llegados a nuestro centro neurálgico es una sucesión contínua de risas, migas de pastor, entrecots, ratos de moñigueo con las bicis, cubatas, futbolines, cenarrangas y más risas, combinado con pocas horas de sueño y levantarse a horas intempestivas con un frío que pela para, literalmente, FLIPARLO encima de la burrangarranga, no sin antes hacer flipar al resto de la gente que se cruzaba con nosotros y nos veía dejar las bicis para hacernos las fotos en los miradores, o repetir esas trialeritas que veíamos y que tanto nos gustan, o ver que no teníamos ninguna prisa por llegar, o alucinar a 30 m. de la llegada viendo que a un rotero le llama la palomita y nos detenemos mientras nos pasan los últimos, para entrar todos a la par "com cal"...

Calares del Río Mundo y Penya el Rot. Otro mundo y otra filosofía.