SANGRE DE HORCHATA.
No salimos en los grandes libros de historia porque no supimos levantar la mano contra los invasores, y gritar, solamente le gritamos a familia y amigos. No tenemos sangre sino horchata, y vendimos al mejor postor los paisajes más espectaculares de este lado del Mediterráneo, para que nos levantasen un precioso muro de hormigón. Quizá creímos que con ello nos olvidaríamos de viejos fantasmas berberiscos, o que incluso se acabarían para siempre los temporales de levante. Quién sabe, lo mismo pensamos que los compradores eran tontos al venderles un puñado de simples olivos roídos por el salitre.
Tenemos la manía de voltear pedruscos en el campo con el pie. No por cuidar nuestras manos, sino porque de pequeños nos enseñaron que era el mejor antídoto contra los alacranes. La piel es dura como el mármol, acostumbrada a lupas solares caniculares y a barredoras estepas invernales sometidas al mestral. En verano no hay calor, sino sudor, y sólo nosotros sabemos que tras esas polvorientas ramblas se esconden mágicas pozas de agua, que a la que alguno acierte a tirarse un pedo, se convierte en un extraordinario jacuzzi. También que el horizonte es limitado y que éste, tiene forma de ásperas montañas. Entendemos a Heidi porque vivimos entre los montes, incluso a Pedro por aquello de las cabras, pero somos conscientes que Niebla se quedaría sin pezuñas al cambiarle praderas herbosas por tomillares hirsutos.
Babeamos ante paisajes atlánticos mientras le metemos fuego a nuestros verdes pinares. Somos capaces de recorrer cientos y miles de kilómetros para volver a casa y decir que "aquello es precioso", mientras aquí aterrizan millones de extranjeros en vuelos directos.
Continuaremos soñando con una delgada línea senderil abierta entre un espeso abetal whistleriano, a la vez que nuestros amigos de otros lugares alucinan bellotas con el arsenal de diedros, pedrolos y losas del que disponemos. Nunca aprenderemos a volar como los cisnes porque nacimos entre reptiles, y es muy probable que sepamos pronunciar el nombre de un pavo escocés que trialea de maravilla, pero no escribir el monte que queda entre Tibi y Xixona.
Seguiremos tirándonos los trastos a la cabeza. Teniendo una marca de bicis local con nombre sajón. Elaborando y pariendo artistas sin espónsor. Seguiremos trazando entre rocajes, escondiéndonos del frío y del sol, saliendo todo el año en bici por cientos de senderos sin llegar a tocar el mar con nuestras manos ni un solo día...
Seguirem sent Alacant, la millor terreta del món. Aunque los de aquí no lo sepamos.
Tenemos la manía de voltear pedruscos en el campo con el pie. No por cuidar nuestras manos, sino porque de pequeños nos enseñaron que era el mejor antídoto contra los alacranes. La piel es dura como el mármol, acostumbrada a lupas solares caniculares y a barredoras estepas invernales sometidas al mestral. En verano no hay calor, sino sudor, y sólo nosotros sabemos que tras esas polvorientas ramblas se esconden mágicas pozas de agua, que a la que alguno acierte a tirarse un pedo, se convierte en un extraordinario jacuzzi. También que el horizonte es limitado y que éste, tiene forma de ásperas montañas. Entendemos a Heidi porque vivimos entre los montes, incluso a Pedro por aquello de las cabras, pero somos conscientes que Niebla se quedaría sin pezuñas al cambiarle praderas herbosas por tomillares hirsutos.
Babeamos ante paisajes atlánticos mientras le metemos fuego a nuestros verdes pinares. Somos capaces de recorrer cientos y miles de kilómetros para volver a casa y decir que "aquello es precioso", mientras aquí aterrizan millones de extranjeros en vuelos directos.
Continuaremos soñando con una delgada línea senderil abierta entre un espeso abetal whistleriano, a la vez que nuestros amigos de otros lugares alucinan bellotas con el arsenal de diedros, pedrolos y losas del que disponemos. Nunca aprenderemos a volar como los cisnes porque nacimos entre reptiles, y es muy probable que sepamos pronunciar el nombre de un pavo escocés que trialea de maravilla, pero no escribir el monte que queda entre Tibi y Xixona.
Seguiremos tirándonos los trastos a la cabeza. Teniendo una marca de bicis local con nombre sajón. Elaborando y pariendo artistas sin espónsor. Seguiremos trazando entre rocajes, escondiéndonos del frío y del sol, saliendo todo el año en bici por cientos de senderos sin llegar a tocar el mar con nuestras manos ni un solo día...
Seguirem sent Alacant, la millor terreta del món. Aunque los de aquí no lo sepamos.
Buena divagación con muchas verdades!!!.
ResponderEliminarAnodadado quedome !!!!!
ResponderEliminarPuñado de verdades lanzadas al viento. La millor terreta del món, ya lo creo que sí...
ResponderEliminar...Y la segunda provincia española con mayor orografía. Si es que es el paraíso y no nos damos cuenta...
Buena divagancia, cosí!
Muy buena, como siempre. Bon día, entonces migjorneamos o beneixamamos? jjejeje;)
ResponderEliminarLo que apetezca al populus.
ResponderEliminarLa del Migjorn la tengo controlada. Es muy distinta a la de la otra vez. Saldríamos desde Xixona, no desde Ibi, y el sentido de la marcha sería casi al contrario de lo que hicimos aquél. día.
ResponderEliminarVeo que pinta muy bien, y las bajadas me parece que gustarán mucho.
Pero vamos, que Beneixama es un valor seguro.
La he planificado para que entre en el cupo de una mañana.
ResponderEliminarsecre.
ResponderEliminaralicante tiene tres cosas
que en españa son muy famosas
son sus playas y sus palmeras
y su equipo de primera
o_Ó
ResponderEliminar0_o?
ResponderEliminarEin????.
ResponderEliminarBueno, que es lo que se va a hacer al final el sabado?.
ResponderEliminarEntrada in coming. Voten.
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