Los roteros para 2015 hemos cambiado de tarjeta en la cartera. No me refiero a la de crédito o débito, sino a otra que sirve para meterte en harina con plenas garantías: la federativa.
Hasta la fecha sobresalía una rueda generosamente radiada y fina, bajo el slogan fccv, que ha sido sustituida por una generosa montaña con la cumbre nevada, bajo el slogan femecv. La senyera sigue siendo la misma. Bueno, no exactamente la misma...
Puede que esto de la tarjeta sea un mero trámite para muchos. Algo que carece de importancia, que se trate de una paja mental más de quien escribe, y que a fin de cuentas sea algo que pasaría inadvertido para el resto del mundo si no se comentase aquí y ahora.
Puede.
Pero igual viene a resultar algo más profundo. Quizá tenga que ver con el hastío que en algunos ciclistas de montaña provoca la Federació de Ciclisme de la Comunitat Valenciana, que parece solamente interesarse por superficies lisas, y que poco o nada ha defendido -que se sepa-, el interés y derecho de paso por senderos de quienes entendemos que sin ellos, este deporte no significa nada.
Femecv no nos obliga a pertenecer a ningún club. Pagar licencia se entiende como un derecho reconocido en caso de indeseado accidente, pero pagar un club de modo obligatorio, no nos ha gustado nunca al colectivo rotero. Colectivo complejo y pirata, dicho sea de paso.
La Federació d'Esports de Muntanya i Escalada de la Comunitat Valenciana nos percibe como un congénere más dentro de las distintas tribus montañeras, al menos a priori. Eso es lo que se desprende al ver que incluye entre sus apartados al BTT no competitivo. Ése que se dirige hacia la montaña, simple y llanamente, sin seguir cintas ni papelitos indicativos de circuitos, ése que sale al monte sin stravas ni prisas por quedar en tal o cual posición en un excel. Ése que para muchos no se justifica, pero que simboliza además del colegueo, el acercarse a lo que el apellido de nuestro deporte escenifica en primera persona.
Y no es que no entendamos el carácter competitivo del mtb, algo normal tratándose de un deporte. Lo que no entendemos es que algunos no nos entiendan que muchos no lo entendemos de ese modo. Valga la rebuznancia.
Tan sólo falta que cuando nos encontremos con ese sector montañero sin bici, minoritario pero igual de recalcitrante que el que existe en el BTT federativo, no se nos vea como enemigos y ajenos al medio en el que todos convivimos con respeto hacia el sendero y hacia la montaña.
A fin de cuentas pagamos la misma cuota.
PD: Agradecer cómo no, el trabajo desinteresado de nuestro Pepako, siempre al quite, que ha gestionado todas las licencias que le han llegado.