Un diez de marzo de dos mil doce, un puñado de roteros nos quedamos por enésima vez prendados por la espectacular belleza de la más alpina de nuestras montañas: Serrella.
La imagen habla por si sola, de los momentazos que regala esta dorsal caliza, que esconde multitud de recónditos parajes de extraordinario ambiente y soledad.
Aquel día lo flipamos, tras un larguísimo sendero, duro como él solo, parido a base de constancia y buen ambiente en la grupeta. Se sufrió lo indecible, pero quedaron para nuestros adentros miles de recuerdos que seguro perduran, como perdura esta foto.
Dios que ganas de volver a tocar el cielo.
ResponderEliminarQué me quieres decir con eso??? Fuck in the matorro's?
ResponderEliminarSerrella indomabile. Tan agreste pero tan atractiva a la vez, oiga.
ResponderEliminarSecre, te hace falta un poco de beeg.
Que de sensaciones nos ha dado Serrella......
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