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lunes, 31 de octubre de 2016

VALLES OCCIDENTALES - PETRETXEMA (17/08/2016) -Parte 3-



5 años después la grupeta rotera volvió a uno de sus grandes destinos. El Petrechema es un pico que pasa desapercibido en la inmensidad de la cordillera pirenaica, pero quienes ya nos consideramos acólitos, sabemos la increíble variedad de matices que esconde en tan reducido reducto.
Esta vez debíamos alcanzar el collado sí o sí, para abrir la puerta al submundo oculto de las Foyas del Ingeniero, y vaya que si la abrimos.

jueves, 27 de octubre de 2016

ENHORABUENA CARLITROS!!!



Pues anda que no se le quiere dentro y fuera de la grupeta al bueno de Carlitos. Un tipo capaz de animarte el rato por muy hecho polvo que se encuentre uno, y a quien desde los altares roteros le damos nuestra más sincera enhorabuena, a él y a Meri, por la llegada del pequeño Héctor, que teniendo semejante padre y semejantes tíos, estamos convencidos que aupará el pabellón rotero hasta el infinito y más allá, y cruzará el río dando pedales con mucha más clase que su progenitor!

Lo dicho, enhorabuena!!

martes, 25 de octubre de 2016

TANTO MONTA



El panorama y la culturilla biker parecen bastante homogéneos a simple vista. Las fotografías que cuelga la gente, los comentarios, los hilos abarrotados de opiniones cuando una bici novedosa aparece en escena, hablan mucho sobre este deporte.

Este “pensamiento único” que se respira en el mundillo ha seguido un leitmotiv que nos ha llevado a un ambiente un poco irrespirable y poco motivante.

No me gustó la guerra incivil de los tamaños de rueda, que encendió bocas de uno y otro bando en algo realmente absurdo y difícil de parar. Como tampoco entiendo esa obsesión casi enfermiza en poner de manifiesto que alguien ha tardado 0'5 segundos menos en bajar una trialera mítica en ese monte que tanto nos gusta. Por no hablar de la moda urbana llevada a la profundidad de la montaña, que nos hace, lejos de pasar lo más desapercibidos posible, a ser objeto de miradas recelosas por flora, fauna y congéneres humanos con quienes compartimos senderos.

Ponerse a discutir si Santa Cruz debía haber dado un giro en su estética, en vez de valorar en qué se convirtió al dejar de ser aquella nave industrial con los Ramones de fondo, mientras sus dueños miraban menos lo que se cocía en el vecino Emma McCrary Trail, y más mtbr; es caer en un grave error de percepción.

No sé, yo al menos veo un poco absurda toda la movida ésta. Creo que el ciclismo de montaña no es todo eso.

Es sentir que casi te la metes de un ramazo, y luego metértela, pero no poder lamentarte para poder seguir huyendo de esa tormenta que se avecina en “cero-coma”. Hablando de KOMa, menudo ego el de aquellos que llegan a modificar esa histórica Z que les “robaba” 2 segundos, y a nosotros nos garantizaba una buena reprimenda al llegar tarde a casa, porque echábamos la mañana literalmente, intentando el paso tal y como era antes. En mi casa te agradecen el gesto, pero yo no.

Que mires un poco más dónde montas hombre, y menos con lo que montas. Y a los que se curran estas herramientas de goce y disfrute: que nos miren un poco más por dónde montamos, y menos a los que las montamos.

jueves, 13 de octubre de 2016

PIRINEOS 2016 (Gabardito - Petretxema - Castillo de Acher)

Pues tras unos meses de retraso, aquí llega mi tanda de fotos del periplo pirenaico estival que unos cuantos locos roteros decidimos hacer. Sin lugar a dudas, es ese "pedacito" de tiempo que se le saca a todo un año el que te hace sentirte libre con la bicicleta y los colegas, y no quiere decir que se infravalore lo que tenemos en Territorio Rotero, pues podemos considerarnos dichosos de vivir en el templo de los piedros, pero el ambiente pirenaico, ya sea bien por la altura, bien por la vegetación (este año más seca que nunca), o bien por esas nubes que casi puedes tocar y que en ocasiones te ves fagocitada por ellas, hace que tu cuerpo y mente se recarguen hasta el año siguiente. Es sin duda, el "dock" que todos necesitamos para cargar las baterías: paisajazos, rutones, coleguismo, gastronomía....

En fin, una experiencia con un gran grupeto que no me canso de repetir.

https://photos.google.com/share/AF1QipO_dcZtQlqysl0LtypgbfJc24OlfrZvq6a7Kd8e9pDsHeGshFEKo63yqRr97Ylr1g?key=RG5jdHRIUEZkMW1jTTd2elVqRDBLZjJmVWFQWFVR

miércoles, 5 de octubre de 2016

VALLES OCCIDENTALES - GABARDITO (16/08/2016) -Parte 2-



Pues empiezo a volcar las fotos pirenaicas en el blog, algo que me está costando mucho por la ingente cantidad de megas y megas que tengo del viaje. Y es que cuando uno está haciendo lo que le gusta en un entorno como el de la cordillera pirenaica, con unos tipos tan resultones como son los roteros, pues pasa lo que pasa, que la emoción le embarga.

Primera tanda, super minúscula en comparación con el resto, de la ilegal de tarde por Gabardito pillando el punto al terreno.


martes, 4 de octubre de 2016

¿REAL-MENTE?




Determinar de dónde nacía ese apego y sentido de pertenencia, fue el paso siguiente que mi mente determinó como clave, para entender el ciclismo de montaña imperante en aquel reducto del Mundo. Pero para llegar a ello, previamente tuve que pasar por experiencias vividas en primera persona, en una visita casual y fruto de mis merecidas vacaciones.

Mi trabajo estresante en una de las revistas más leídas entre la comunidad ciclista británica, y por ende, entre la comunidad biker global al ir escrita en inglés, reconozco que me generó en un momento de mi vida, un cierto rechazo hacia la bici en mis periodos vacacionales.

Sin embargo aquella vez decidí investigar mi destino elegido azarosamente: primero sobre el territorio, después sobre el movimiento biker asentado. Los resultados fueron curiosos, y las fotos y un par de mails cruzados con un grupo aparentemente tan rudo como divertido, casi cómico diría yo, inclinaron la balanza hacia el lado de la escapada relajante con pedales añadidos. “Bueno, sin pretensiones ni machacaduras”, me dije sin saber lo que me esperaba.

La primavera fluía, el verde de las hierbas y el gris de la roca sucumbían ante el fresco vientecillo marino que llegaba hasta las cumbres, y por encima de todo, una embriagadora fragancia compuesta por miles de pequeñas matas envolvía el ambiente. Descansando en un collado, entre dos lomos romos, con el solecito de finales de abril en la cara, los ojos cerrados, y el ruido de abejas e insectos al abordaje florístico... "ahhh... oh my God!..." exclamé, hasta que llegaron sus pasos sobre la caliza hecha pedacitos por millones de inviernos, sus risas, y sus vozarrones, impidiéndome borrar del todo los cierres mensuales de revista, las fotos, pruebas y demás rollos laborales.

Abrí un ojo arqueando la ceja y los vi acercándose a mi. Mientras las sienes soltaban el sudor post porteo, un lenguaje ininteligible y lo que aparentemente me parecieron hasta gruñidos pero de buen rollo, se sentaron a mi lado. Y de pronto paz, no sé si alguno llegó a pillar el sueño, pero esa sonrisa en medio de la cara mientras los guantes tapaban sus ojos, y esa desconexión total con la vida real, conectándose a la vez con todo lo que los rodeaba, significó para mi toda una sorpresa reveladora. Un silencio que me lo dijo todo.

No sé cuánto duró aquel instante, puede que fueran en realidad pocos minutos, en cualquier caso suficiente tiempo como para hacerme partícipe de su manera de sentir y entender aquello.

Luego vino el momento de la cima, los abrazos alzando tremebundos sobacos, barbas mojadas, y joder, no me molestó ni un ápice!. Después, alcanzamos el buen karma a base de lazadas por una ladera orgullosa, a golpe de manillar, metiendo cadera, tensando cuádriceps y moviendo hasta el más irreverente de los músculos de un cuerpo absolutamente estirado, entregado a la causa. El éxtasis nos alcanzó de lleno una vez abajo, y con él un golpear de jarras de cerveza que nos volvieron a mojar las manos y los resecos gaznates.

El vuelo al Norte de Inglaterra fue duro, el gris plomizo de la oficina aún más, y el tener que enchufarme el waterproof por exigencias del guión algo muy molesto, y es curioso la verdad, pues la habitualidad y constancia de mi vida biker anterior, hasta ese momento no me había hecho nunca plantearme, cuán de asqueado te hace sentir una badana chorreante.

Pero no fueron las condiciones o la hierba mojada, ni siquiera el barrizal arcilloso pegado a la bici, lo que me hacía plantearme lo que en verdad echaba de menos. Paré y me di cuenta que mi ritmo cardíaco era asfixiante, mi grupeta no era un grupo como tal, y que no habíamos parado de dar pedales desde que salimos de la ciudad.

Arqueé la ceja, me levanté las gafas, y solicité por WhatsApp una prueba de material al jefe en ese lugar exótico, allí donde las abejas se atocinan sobre las flores, éstas sobre la pituitaria de quien osa llegar arriba, y sobre él se le sientan pseudo ciclistas de montaña que sienten como más importante el entorno, que el material del que acababa de pedir para una prueba. 

Quiero ir lejos de la irrealidad que me envuelve, cerca del mtb real, por favor”, le dije claro por escrito.