Que la Serra de Xortà es muy dura de pelar, en general es algo que se sabía, como también que para poder hacer algo digno de modo circular en bicicleta de montaña, resulta una tarea muy compleja por sus pocos accesos y salidas. De todos modos, ya conocíamos la ruta de antes, lo que no sabíamos es que semejantes parajes parecen distintos siempre.
Eso tiene su parte positiva, pues el hecho de ver algo por primera vez es mágico, pero también su lado negativo, y en este caso vino por un error de vara gandálfica de quien escribe, totalmente garrafal y apoteósico.
Llegar al coche habiendo cagado la parte final de la trialera, cambiándola por una infame carretera y pidiendo la hora, deja una connotación muy negativa en una rotada. Pero es ahora, viendo y repasando las fotos, cuando uno recupera los momentos buenos vividos, que aunque fueron duros, ganan de largo a los malos.
Volveremos, ¿verdad?
PD: La grupeta fatal de lo suyo, como siempre.