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viernes, 1 de agosto de 2014

EL OLIMPO DE LOS DIOSES

Tener al lado de casa un soberano pico en el que matar el gusanillo del ciclomontañismo en una tarde de verano, no tiene precio. Compartir filosofía y modo de entender esto de las bicis con toda una grupeta de paletos mentales, tampoco.

Hay quien tiene ambas cosas y no las aprovecha. Ayer 5 de los nuestros sí lo hicieron.

Desde la Venta Xirau, uno entiende porqué los encargados de la escenografía de la película “Astérix y los Juegos Olímpicos”, se fijaron en el Maigmó como montañote ideal para el papel de Monte Olimpo.

Tarde típicamente veraniega en esta zona. Esto es, rozando los 28º a las seis de la tarde, mitigados por el bosque, sediento este año pero ahí bien puesto, y por el viento de levante. Ese aire marinero que calma el ímpetu y la mala leche de nosotros los temperamentales mediterráneos.

Mola mucho enseñarle un patio nuevo a amiguitos que no lo conocían anteriormente. A la que nos dimos cuenta estábamos en el llamado “Balcón de Alicante”, con las brumas que no dejan ver el horizonte, pero que calman algo la ansiedad de los poros de nuestra piel.

Luego todo fluyó. 300+ de bicichepa a los que hay que invertirle cerca de una hora. No alcanzamos a saber a ciencia cierta, qué nos empuja a esbozar una sonrisa tan tonta cada vez que nos metemos en harina de esta manera. Pero muchas veces filosofamos sobre ello entrecortadamente mientas ascendemos (qué bonita palabra!). Algún día habrá que grabar la conversación y transcribirla.


La sensación de pico es parte del juego, de la necesidad, de lo que veníamos a buscar cuando cerramos la puerta de casa. Hacerlo en camaradería es lo que nos movió las piernas sendero arriba.

Las tardes de verano tienen un no-sé-qué-qué-sé-yo, a las que hay que exprimirle todo su jugo a base de cámara de retratos. A veces sale lo que estás viendo en ese momento, otras no. Uno quisiera captar las sensaciones que produce el momento, como queriéndolo inmortalizar para siempre, y para compartirlo con quienes se quedaron allá abajo.


Luego todo fue un pregón en directo de lo que estábamos viendo a través del móvil (bendita o maldita tecnología, según se mire), una xarraeta, un giro de 360º, un nervio previo antesala de un bajadón (qué bonita palabra!) con ambiente.

Se cerraron 8 horas de rollo rot, a base de otro tipo de animalada. Pulpo, conejo, ternera y jabalí.

Aún ahora roto el civet del jabalí. Es que ya lo dice la frase: “tornar el rot”.

Pues que torne. 

Y tan pronto como sea posible.

5 comentarios:

  1. Nenes, lo del miércoles fue BESTIAL en todos los sentidos.

    Ho corrobore.

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    1. Secre, achtung con la compresión de las imágenes! Están a 1024x768 pero se ven muy comprimidas!

      Ojo!

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  2. Pues no sé, yo las veo bien. Igual es cosa de la cámara.

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    1. Un pelin justitas en el ordenador si se ven... pero la esencia se capta

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  3. Nada mas que decir... las expectativas se vieron superadas por lo allí acontecido, pre, durante y post... de momento lo mejor del verano a falta del summer rot...

    Tendré paciencia para ver esa retaila de fotos que prometen...

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